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CARLOSBAZARRA ¿Cuál es el camino a seguir? En abstracto podríamos decir que nuestra salvación se inicia cuando pasamos de ser objetos a ser sujetos, de ser anónimos a tener nombre propio, de irresponsables a responsables, de individuos a personas. En definitiva, en superar la esclavitud y lograr la libertad de los hijos de Dios. A esta tarea se nos convoca a todos. La iniciativa es de Dios pero a nosotros nos corresponde una actividad responsable en las coordenadas de filiación con relación a la Divinidad, y de fraternidad con relación a todo hombre y mujer. Este es el substrato de los mandamientos, sacramentos, actividades de la religión. Filiación y fraternidad se expresan con la palabra “comunión”. Las afirmaciones fundamentales a tener en cuenta serían las siguientes: El principio original fue el Amor , que Juan llama “am o r p r im er o ” (1 Jn 4,19). Fue un amor universal, aunque gradual y preferencia!, amor que se manifestó de distinta manera en lo mate rial-mineral, lo vegetal, lo puramente animal y lo antropológico. La realidad antropológica no es algo estático, sino dinámico, que se desarrolla en diversas dimensiones, no linealmente, sino implicán dose mutuamente, desde lo biológico hasta lo teológico, en distintos estratos: - de ser creado a ser hijo, de esclavo a libre; - de ser simple sustancia (“ousía”), hasta la categoría de indi viduo; - de individuo (cerrado en sí) a ser humano (abierto a los otros); - de meramente humano a ser persona (hipóstasis); - de persona a ser hermano. Estas ideas las desarrollamos en la primera parte. En la segunda parte, abordaremos los siguientes aspectos: 1. De lo mundano a lo eciesial. 2. De lo eciesial a lo ecuménico (=católico). 3. Pueblo y servicio. 4. Kerygma y Martyría. 12 NAT. GRACIA LVI 1/enero-abril, 2009, 7-64. ISSN: 0470-3790
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