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DISCIPULADO Y MAGISTERIO ECLESIAL realizaciones, nos encontramos con el substrato de la comunión, sin el cual todo queda en el aire. Todas esas Iglesias subrayan verdades inherentes a la comunión que hemos de retener. Así la Ortodoxa nos habla de la necesidad de una doctrina recta, y es el mensaje que trasmite a todo el mundo. La Iglesia Católica nos habla de la necesidad de la universalidad, superando todas las dicotomías que dividen y pueden anular la comunión. La Iglesia Reformada pone en evidencia la necesidad de no anquilosarse, ya que toda comunión debe continuamente perfeccionarse*1. Y la Iglesia Anglicana resalta la necesidad de enraizarse en el pue­ blo y en la propia cultura, con lo que su mensaje debe traducirse en que la comunión tiene que ser inglesa en Inglaterra, españo­ la en España, venezolana en Venezuela. La verdad se identifica con la comunión, tanto en sentido diacronico como sincrónico*2. La verdad, en sentido bíblico, es fundamentalmente fidelidad. En cambio para la filosofía griega es más bien des-velamiento, descubrimiento, como adecuación de la mente a la realidad13. El dato bíblico debemos mantenerlo junto al filosófico y así la verdad integral es adecuación de la persona al mundo, a la humanidad, a la religión, a la voluntad de Dios, de modo que el hombre no sólo llegue a ser humano, persona, hermano, religioso y eclesial, sino también ecuménico. La verdad es comunión. Sin comunión no hay verdad. Dios mismo es verdad en la comunión de las Tres Personas (Trinidad). “¿Qué significa d ecir qu e Dios es comun ión y p o r eso es Trinidad? Hay qu e observar qu e sólo las p erson as pu ed en estar en 41 Concilio Vaticano II: El Espíritu “con la fuerza del Evangelio rejuvenece a la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo ” (LG 4). “La Iglesia, siendo al mismo tiempo santa y necesitada de purifica­ ción, avanza continuamente por la senda de la penitencia y de la renovación ” (LG 8 ). 42 “Fiel a su propia tradición y consciente a la vez de la universalidad de su misión, puede entrar en comunión con las diveisas formas de cultura: comunión que enriquece al mismo tiempo a la propia Iglesia y a las diferentes culturas ” (GS 58). C. BAZARRA, J. M. GANUZA, Promoción humana, nueva Evangelización, inculturación del Evangelio, Caracas, San Pablo, 1994. 43 M. BALLESTER, “Verdad”, en M. MORENO VILLA (dir.), Diccionario del pensamiento contemporáneo, Madrid, San Pablo, 1997, 1214-1220. NAT. GUACIA LVI 1/enera-abri!. 2009. 7-64. ISSN: 0470-3790 31

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