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DISCIPULADO Y MAGISTERIO ECLESIAL toda la obra realizada, y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó” (Gn 2,2-3). Tenemos que pasar de ser “individuos”, cerrados, a ser “huma­ nos”, abiertos. Lo que verdaderamente nos hace humanos es la capa­ cidad de comunicación, poder escuchar lo que piensan los demás, poder decir lo que pensamos, entablar un auténtico diálogo que nos humaniza. Quien no dialoga, no ha alcanzado todavía el nivel de humanidad que Dios espera de nosotros. Todavía nos falta mucho camino por andar17. La parábola histórica del sordomudo se complementa con el acontecimiento que vivió Bartimeo. El evangelio no recuerda el nombre del sordomudo, tal vez fuera un ser anónimo, ya que llamar­ le no tenía sentido, él nunca pudo escuchar su nombre ni identificar­ se diciendo: “Me llamo fulano”. En cambio el ciego podía escuchar y hablar. Era un ser parcialmente cerrado para la visión, pero mante­ nía un nivel fundamental de humanidad. De todos modos Dios nos dio ojos para que pudiéramos ver las maravillas de la creación y la realidad de nuestros semejantes, por eso Bartimeo necesitaba abrir­ se a lo que le rodeaba, porque para caminar, necesitaba ver dónde ponía los pies. El relato nos da un detalle significativo: “estaba sen­ tado a la vera del cam ino”(Me 10,46). El hombre para ser humano necesita abrirse al camino, al encuentro con el otro. Jesús le pregunta: “¿Qué quieres?”. Se necesita la libertad para ser plenamente humano18. Ser humano a la fuerza es una contradic­ ción. O se es libre o no se es humano. El ciego manifiesta su deseo: “Recobrar la vista”. “Que sea así”. Y el ciego dejó de ser ciego. Dos consecuencias de su humanidad recuperada: sigue a Jesús y se pone a caminar, porque Jesús es “el cam ino”(Jn 14,6). Seguir a Jesús es ponerse en camino. Hay un tercer elemento necesario para recuperar la apertura de nuestra humanidad, consecuencia de lo que acabamos de decir. Este 17 J. M. LUSTIGER, Haceos dignos de la condición humana, Madrid, Palabra, 1996. 18 J. GIRARDI, Cristianismo y liberación del hombre, Salamanca, Sígueme, 1975. NAT. GUACIA LVT 1/enero-abril. 2009. 7-64. ISSN: 0470-3790 19