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DISCIPULADO Y MAGISTERIO ECLESIAL C a r l o s B a z a r r a OFMCap., C a ra c a s El presente estudio intenta, a la luz del Evangelio y de la historia de la Iglesia, superar la dicotomía que muchas veces se establece entre subditos y superiores, como dos ciases antagónicas. La realidad es que todos en la Iglesia somos hijos, hermanos y discípulos: “No se clejen llam ar Padre, ni Maestro, ni Director" (Mt 23, 8-11). El único poder auténtico en la Iglesia corresponde a Cristo. El supuesto p od er eclesial es ministerio , servicio: “El que gobierna sea el que sirve1' (Le 22, 26). Todos, también los miembros del clero, en sus diversos grados, debemos ser servidores, nunca dominadores. No se trata sólo de una virtud íntima de humildad. Es la realidad, objetiva y eucarística, de edificar y d a r vida. PALABRAS CLAVE: Iglesia, discipulado, magisterio en la Iglesia, poder en la Iglesia, hermanos, discípulos, clero, eucaristía, salvación del mundo en el mundo. This article tries to overcome the supposed dichotomy between subjects and superior officers examining the Gospel and the History of the Church. The truth is that in the Church we all are children, brothers and disciples: “Butyou are not to be called Rabbi...And call no man yourfather...Neither be called mas ters'’ (Mt. 23,8-11). The only authentic power in the Church belongs to Christ. The so-called ecclesiastical pow er is ministry, service : “Let the greatest among you becom e as the youngest, an d the leader as one who serves ” (Lc. 22,26). We all, even the clerics in their different grades, must be servants and never domi nant members in the Church. It's not a mere question of a virtue of humility. It's rather an objective and eucharistic reality to edify a n d to give life. KEY WORDS: Church, Discipleship, Teaching in the Church, Power in the Church, Brothers, Disciples, Clergy, Eucharist, Salvation of the World in the World. La afirmación ele Jesucristo de que no nos dejemos llamar “Padres”, ni “Maestros”, ni “Jefes” (Mt 23, 8-10) no puede ser igno rada. Sin embargo, a lo largo de la historia vemos que en la Iglesia Católica estos calificativos han tomado carta de ciudadanía y se NAT. GRACIA LVT 1/enero-abril. 2009, 7-64. ISSN: 0470-3790 7
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