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ELOGIO DE LA POESÍA: LA POÉTICA, «LUGAR» TEOLÓGICO.. 537 Posiblemente si uno se hace ferviente lector de poesía encon­ trará un camino de robustecer su fe o enriquecerla en una línea encarnada sin maniqueísmos ni separaciones absurdas. Su comu­ nión con la profundidad del mundo coincidirá con su comunión con Dios. Y siempre que despertados por el conjuro de la palabra poética, sus ojos vuelvan limpios a la realidad, el misterio de Dios escondido entre las cosas se le ofrecerá como sacramento prima­ rio de las realidades terrenas... En el corazón mismo de la inma­ nencia se descubre el sabor totalizante de la trascendencia**58. PLEGARIA POR LOS CREADORES Con toda propiedad y sentido, pues, podemos concluir con la plegaria (algunos fragmentos nada más, traídos al caso) que en 1954 compuso Karl Rahner por los poetas y poetisas, los artistas y los cre­ adores, y que se la puede considerar como una expresión típica a la vez de su teología, de su preocupación pastoral y de su piedad: «Eterno Dios, creador de todos los seres humanos y de todas las cosas visibles e invisibles, Dios de toda la historia, Señor y fin, fuerza y luz de toda cultura: hoy te presentamos nuestras súplicas por todos los que generan la cultura. Señor, ¿quién pide ya por ellos? Y, sin embargo, lo que ellos pretenden —lo sabemos— Tú lo quieres. Tú quieres su fuerza cre­ adora, su trabajo, su obra. Pues tú quieres que el ser humano alcan­ ce el desarrollo total y siempre nuevo de su ser, que sea su propia obra. Amas al ser humano que, en su obra, realiza, encuentra y expresa su propio ser, el ser que es imagen y semejanza de tu pro­ pia gloria. Lo que ellos, según tu voluntad, han de ser pueden serlo sólo con tu gracia, Padre de los poetas, origen último de toda luz, espíritu de toda auténtica inspiración. Por eso imploramos sobre ellos el Espíritu Santo. Suscita de entre nosotros seres humanos con fuerza creadora: pensadores, poetas, artistas. Los necesitamos. Tam­ bién para ellos vale aquello de que, con sólo el pan del cuerpo, el hombre muere de hambre, si no se nutre de la Palabra de tu boca... 58 P. M. L am et , «Poesía y fe», en Pliego Vida Nueva, 21 de julio de 1973, 25.

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