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536 EDUARDO GUARDIOLA hago sino tener conciencia de mi búsqueda oscura. Surgen enton­ ces la Religión, la Filosofía, que siempre —si ha de ser algo— será, en el fondo de su anhelo, una Teología, la Poesía. Toda poesía es religiosa. Buscará unas veces a Dios en la Belleza. Llegará a lo mínimo, a las delicias más sutiles, hasta el juego, acaso. Se volverá otras veces, con íntimo desgarrón, hacia el centro humeante del misterio, llegará quizás a la blasfemia. No importa. Si trata de reflejar el mundo, imita la creadora actividad. Cuando lo canta con humilde asombro, bendice la mano del Padre. Si se revuelve, iracunda, reconoce la opresión de la pode­ rosa presencia. Si se vierte hacia las grandes incógnitas que fusti­ gan el corazón del hombre, a la gran puerta llama. Así va la poe­ sía de todos los tiempos a la busca de Dios... Sí; no hay, no puede haber poesía que no sea religiosa. Mas sólo de cuando en cuando, recogida en deleite o retorcida en ago­ nía, se pone, directamente, cara a Dios. La poesía, religiosa por naturaleza, se hace ahora religiosa por el tema también». De la misma opinión L. Rosales, con algún matiz: «La poesía siempre tiene carácter religioso o al menos sacral... El tono poético es siempre canto, salmodia, liturgia. La vivencia poética convierte todo sentimiento en originario»57. Y es otro poeta, y éste además teólogo y sacerdote, quien defi­ ne la poesía netamente religiosa: *.Poesía religiosa en sentido estricto sería, pues, aquella que en compenetración con la realidad hiciera patente la corriente interior del cosmos y la historia, como algo provisto de pleno sen­ tido, como unidad y multiplicidad que brota y se consuma en Dios. Es necesario insistir en la doble vertiente estática y dinámi­ ca, pues sólo así se explica profundamente el aspecto bíblico del hombre peregrino y la contemplación del mundo como templo, inmanencia de Dios trascendente, tal como lo conjugaba Teilhard de Chardin. Pero parece claro que hoy día los ‘sentidos estrictos’ no sir­ ven, y que toda poesía, de algún modo, merece el calificativo de religiosa... 57 Citado por A. B lanch , «Felicidad y trascendencia», en Sal Terrae, 1986, 794.

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