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ELOGIO DE LA POESÍA: LA POÉTICA, «LUGAR» TEOLÓGICO... 535 momentos, muy pocos, he sabido rezar. La poesía no es más que oración... Oración fervorosa. O piadosa y reposada»54. POESÍA RELIGIOSA Con ello nos adentramos en el campo propio de la poesía reli­ giosa. Según Luis Jiménez Martos, «la poesía religiosa tuvo su último momento estelar en los años de la posguerra, cuando Dámaso Alon­ so clamó desde el desierto de Madrid y Vicente Gaos encarrilaba endecasílabos crujientes. En esos y otros poetas, entre los que Luis Felipe Vivanco y José María Valverde ponían la nota serena y de coti­ dianidad interiorizada, Dios era, o bien faro para la noche de la angustia, o bien aliento próximo como de persona»55. Para A. Díaz-Tortajada, «el tema religioso ha estado siempre pre­ sente en la poesía española, aunque los límites entre poesía religio­ sa y profana, en gran parte, se han esfumado y borrado. El hálito religioso poético va a estar presente en todo, como un clima, como una impregnación de ambiente. Sin embargo, constata que la nueva poesía de hoy ha marginado el tema religioso, el misterio de Dios en las actuales creaciones poéticas está ausente, aunque podamos descubrir la preocupación religiosa, a veces muy oculta, si se acerca a ellos de forma apresurada, otras veces de forma explícita»56. Pero es preciso escuchar a uno de los poetas que más ha refle­ xionado sobre la poesía de los demás y que en repetidas ocasiones ha manifestado su opinión sobre el tema, Dámaso Alonso: «Y, en cada acto, busco a Dios. Mi sucesión, mi vida, búsque­ da de Dios se llama. Cuando pienso que vivo , cuando me sitúo con ojos nuevos y nuevamente asombrados ante la maravilla, no 54 Ibid., 180. 55 L. J iménez M artos , «Poetas españoles de ahora. Reflexiones al aire de la poe­ sía», en Pliego Vida Nueva, 2 de abril de 1987. 56 A. D íaz -T ortajada , «L os misterios de la Semana Santa en la poesía contem­ poránea», en Vida Nueva, 23 (731) 1990.

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