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ELOGIO DE LA POESÍA: LA POÉTICA, «LUGAR» TEOLÓGICO.. 531 EL HOMBRE, ALFABETO DE DIOS Y «nadie puede saber que tenemos un nombre, sino Dios» (L. Rosales). La humanidad, desde la Encamación, es copia del Nom bre de Dios. Y Dios «no toma sus palabras de la boca del hombre para ponerlas en su propia boca, sino que hace del hombre entero la Palabra de Dios». Y entonces el propio hombre es alfabeto de Dios porque «la revelación no cae del cielo para comunicar a los hombres, desde fuera y desde arriba misterios trascendentales. Dios habla al hombre desde el interior del mundo y partiendo de sus propias expe riencias» 46. El punto de encuentro de la Iglesia con el mundo actual es el hombre, mediación privilegiada para el diálogo de la fe con la cultura contemporánea, según el espíritu y la letra de la Gaudium et Spes. Y éste es el grito y proclama que lanza León Felipe: «El hombre. El Hombre es lo que importa. No hay otro oficio ni empleo que aquel que enseña al hombre a ser un hombre. El hombre es lo que importa »47. SED Y BÚSQUEDA Este hombre «en términos de naturaleza es en la Biblia creatura inacabada, en vía de conseguir su pleno ser: es el que está siendo creado. En términos de historia es ser en éxodo, en peregrinación por el desierto, en camino hacia la patria. En definitiva, es un ser pobre y necesitado, caminante hacia un futuro en donde está su ple nitud. La esperanza es el dinamismo que responde de la transfor mación de ese presente en porvenir»48. 46 H. U. v o n B alth asar , «Dios ha hablado un lenguaje humano», en AA. W., Palabra de Dios y liturgia, Salamanca 1966, 78 y 76. 47 L. F elipe , Nueva antología rota , México 1974, 104. 48 A. G o n z á le z , «La esperanza de los pobres en el A. Testamento», en Misión abierta, 4-5 (1982) 88.
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