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EL ORIGEN DEL HOMBRE EN LA MITOLOGÍA BARÍ. 475 para el desenvolvimiento en el medio ambiente y la total incorpora­ ción a la comunidad 84. 1.2. Formación tradicional El niño barí permanecía bajo la atención exclusiva de la madre hasta más o menos los cinco años. En el caso de ser una familia polígama, era la mujer de mayor edad la responsable de cuidar de los pequeños. Entre las razones que aducían se hallaban tanto el descuido como la inexperiencia de la más joven 85. Pasado este tiem­ po, el niño solía acompañar a su padre cuando realizaba $us tareas específicas 8<s. En cambio, la niña permanecía cercana a su madre iniciándose desde la observación en las actividades propias de su sexo 87. «El objetivo de la educación barí era el de preparar a los pequeños para la vida, en cuanto a miembros de una comunidad a la que permanecían y a la que tenían que acostumbrarse a ser­ vir, cada uno desde su propio sexo, y dentro de sus propias nece­ sidades y ambiente familiar»88. De acuerdo con la concepción sociocultural barí, cada sexo le pertenecía un rol. La división del trabajo según el sexo tenía un carácter eminentemente práctico. Correspondía al hombre los siguientes quehaceres: construir el bohío y la kirora, hacer arcos y flechas, cazar, pescar con arpón, participar en las carreras, cortar leña para cocinar, talar, quemar y sembrar el conuco, participar en las discusiones comunitarias, elegir al Ñatubái, defender la comuni­ dad y transmitir las tradiciones de los antepasados 89. Mientras que a 84 Sobre el tema de la educación y adiestramiento de los niños barí, cf. D. C as ­ tillo , o. c., 101-104. 85 Cf. A. S etién , L os barí\ o. c., 36-38. 86 C f. W. O. K aelber , Men’s initiation, enM. E liade (ed.), The Enciclopedia of Religión , VII, New York-London 1987, 229-234. 87 C f. B L incoln , Women’s Inititation, enM. E liade (ed.), The Enciclopedia of Religión, VII, New York-London 1987, 234-238. 88 D. C astillo , o . c., 102. 89 Cf. ibid., 104-105.

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