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462 SATURNINO ARA consulta, parecer técnico. Pedía una clarificación y apuesta, no tanto por la actuación colegial, cuanto por el sentimiento y vivencia del afecto y efecto de comunión. Concluía (i b i d p. 539), diciendo que cuando unos términos u expresiones no se han captado debidamen­ te y no se describen con claridad, la regulación subsiguiente a la que dan origen crea cierta confusión. Soy consciente que hablar de este tema, en general, y que, sobre todo, el hacer propuestas para el capítulo VIII es realmente delicado, pues se tocan directamente los aspectos que más afectan al reparto del poder, servicio deberíamos decir con naturalidad los que componemos la Iglesia y somos miembros de los institutos reli­ giosos. Uno de los temas más intocables en toda sociedad humana y, por supuesto y por desgracia, también en la Iglesia y en los Insti­ tutos de Vida Consagrada. Hablando de la sociedad civil, se hace necesario destacar que la democracia es un logrado intento de buena voluntad de control en el ejercicio del poder, mediante las existencia de diversidad, técnica­ mente división de poderes y señalando los límites de los mismos. En la Iglesia y en los Institutos religiosos no se da ese funcio­ namiento democrático, entendido como división, control o limita­ ción de poderes, porque su estructura, según venimos diciendo, en repetición de una terminología y realidad superadas, es monárqui­ ca. En la actualidad hablamos de estructuras carismático-jerárqui- cas, expresión que no supone una democracia, antes lo contrario, como se podría sostener con naturalidad. Pero sí supone y exige una necesidad de abrirse a los espacios de participación, incluidos aquellos procesos en los se elaboran las decisiones, especialmente en asuntos que conciernen más directamente, dice la exhortación apostólica Vita consecrata 58, hablando de la participación de la mujer en la Iglesia. El presente y el futuro del capítulo VIII de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos nos llevarán siempre a una posición de continuo cambio de sus disposiciones, sobre todo si tantas de estas disposiciones o normas no pasan a las Ordenacio­ nes. La historia no se hace de golpe, sino poco a poco y ese poco a poco es continuo. Ahora y aquí no me fijo en estas disposiciones concretas y mudables. Manteniéndome en la línea de presentación

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