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456 SATURNINO ARA trinales que aún siguen reflejando categorías de trabajo que respon­ den a siglos atrás. Una simple observación y paso a reflexionar un nuevo capítulo de las Constituciones. La observación que propongo afecta al signi­ ficado de la pobreza expresada en conceptos y categorías de traba­ jo, tanto profesional, liberal, como servil , se sigue diciendo y escri­ biendo sin sonrojo, por no entender que no se ha dado esa superación frente a un pasado tan pasado en este tema del trabajo y de las labores domésticas, su dignidad y su especialización. No sabría decir si triste, torpe o acertadamente todos vivimos el trabajo como un medio honesto y normal de subsistencia. El tra­ bajo como servicio aparece como una de las realidades humanas mas, socializadas. Todos dependemos de los servicios o trabajos de los demás. De forma terca y de una manera increíble, entre los fran­ ciscanos, el trabajo aparece como medio de discriminación en la fra­ ternidad: el trabajo del clérigo, el de laico, el doméstico, el liberal y el servil, el del estudioso, el del hábil en artes manuales..., mejor no seguir. Para terminar, una pregunta: ¿no es esta mentalidad todo un reto no sólo para la vida de los Hermanos, sino también para la pre­ sentación actualizada de las Constituciones? El capítulo V de las Constituciones de los Capuchinos llama gratamente la atención por su empeño en recoger y transmitir una tradición franciscano capuchina que insiste en la gratuidad del tra­ bajo y en la minoridad-humildad. ¿No podría este mismo texto cons­ titucional, en conformidad y de acuerdo con los signos de los tiem­ pos y en respeto a las diversas culturas, arriesgarse a presentar esa distinta y más actualizada concepción de la dignidad del trabajo, de su clasificación, de su especificación, de su remuneración, etc., ayu­ dando a superar complejos de fraternidad clerical y laical con base a una concepción tan poco progresista del trabajo? C a pítu lo VI.— N uestra vida d e fraternid ad En los últimos años, valoraciones antropológicas, ofertas psico­ lógicas y progresos en conceptos de libertad y conciencia están transformando profundamente nuestra sociedad y el ethos de rela­ ciones interpersonales o encuentros personales que pierden cuota,

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