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LAS CONSTITUCIONES DE LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS... 455 pológicas, limpias y aristocráticas disposiciones frente a lo femenino y la mujer en concreto y al papel de ésta en la Iglesia y en la socie­ dad, hoy, cuando incluso se insinúa por algunos que se tiene más clara la identidad femenina que la masculina, porque de aquélla se ha hablado mucho y relativamente poco de la identidad masculina y concretamente y de su posición frente a la mujer. El capítulo XI de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos puede y debe hacer suya la visión de la vida del grupo con proyección escatologica en la aceptación de una pertenencia que desborde y supere las todas otras pertenencias más logradas, a fin de que le Hermano se situé ante los demás, en particular, ante la mujer, también ante el hombre maduro y el niño, considerándo­ los un don visto y mirado desde el respeto y la libertad. El voto de castidad, al igual que el voto de pobreza y el de obediencia, programado en nuestra actualidad social y eclesial, debe manifestar al hombre de hoy que se inquieta y pregunta por su sig­ nificado, su sentido antropológico, fruto de unas terapias de madu­ ración, y dar a conocer que es la respuesta de la libertad evangéli­ ca, posibilidad concedida como don gratuito por el Señor. C apítulo V.— N uestra vida de trabajo Este V capítulo presenta una teología y espiritualidad más bien tradicional. Y la doctrina social-económica, que subyace y expone, responde a realidades culturales superadas. Tradición no quiere decir nueva conservación, sino transmisión. Y la transmisión no implica la necesidad de dejar lo antiguo intacto, limitándose a con­ servarlo, sino a aprender a concebirlo y decirlo de nuevo (cf. 27 Colección OPI, p. 33). De aquí que, a nuestro juicio, el empeño por actualizar la visión del trabajo presentado como tarea primera y elemental del Herma­ no capuchino pueda resultar delicado y difícil, en cuanto presenta­ ción de una síntesis doctrinal, dado y conocido ese tanto como se ha escrito y enseñado en la actualidad desde la Doctrina Social de la Iglesia y desde la visión de las nuevas y tan distintas categorías socio-económicas de nuestro mundo y sociedad de la técnica y del progreso e incluso desde lo enseñado en nuestro documentos doc-