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LAS CONSTITUCIONES DE LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS... 429 tenido y seguirá teniendo fuertes correctivos. Muchos no se resig­ nan a un modelo culturalmente parcial; de ahí surgen conflictos, divisiones y hasta actitudes y acciones de rebeldía. La misma Igle­ sia del Vaticano II —con su eclesiología de las iglesias particula­ res y de la colegialidad episcopal, con la doctrina sobre las liber­ tades y derechos de los pueblos, religiones y culturas y el reconocimiento del laicado y de sus energías carismàtica— ha abierto una nueva etapa histórica. Comienza a resquebrajarse la hegemonía monolítica de Occidente. El camino de la Iglesia pos­ conciliar ha llevado a una sucesiva apertura hacia el pluralismo eclesial: las Iglesias particulares de América, África, Asia, Australia y Oceania han ido adquiriendo mayor peso específico dentro de la vivencia de la fe, dentro del magisterio y del gobierno. La Igle­ sia se siente llamada a ser mundial, plural, culturalmente diversifi­ cada. Las asambleas sinodales extraordinarias (África en 1994, América en 1997, Asia en 1998, Pacífico-Oceanía en 1998 y Euro­ pa 1999) han iniciado de forma oficial y seria este camino. Es ver­ dad que los frutos de estos sínodos no han respondido a todas las expectativas de mayor apertura y acogida de las diversidades pastorales y culturales. Pero podemos esperar fruto mejores en un próximo futuro». Paso a exponer algunas reflexiones en torno a los cambios epo- cales. 2. LOS CAMBIOS EPOCALES DE LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN Se ha recordado en las líneas precedentes que percibimos nues­ tro mundo como una sociedad pluriforme, viviendo los tiempos de la globalización o mundialización. Nos interesa tomar conciencia del fenómeno de la globalización y de sus repercusiones, nos advier­ te la Comisión teológica USG en el número 6 ya transcrito; pero sobre todo nos interesa ir al fondo de todo lo que ocurre. Lo más importante y fundamental es reconocer que estamos viviendo un cambio de época y no una época de cambio. En momentos de cambio es normal que surja la preocupación por la identidad. El tema de la identidad es ciertamente uno de los retos actuales que tiene la vida religiosa y en ella el carisma francis­ cano capuchino y su programación mediante la elaboración de los

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