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350 ANTONIO LLAMAS VELA El libro de Daniel contempla cuatro bestias que salen del mar y son semejantes a un león, un oso y una pantera. El cuarto monstruo no se compara a un animal concreto, sin embargo tiene diez cuer­ nos y es definido como espantoso y fuerte (Dan 7, 1-8). Estas cua­ tro bestias se explican como cuatro reinos (Dan 7, 17.23). El Apoca­ lipsis contempla una bestia que resume en sí estos cuatro animales. El poder absoluto de la antigüedad que sometía a un enorme terri­ torio y a pueblos numerosos. Los cuernos y las diademas son los signos del poder y del señorío, opuestos al Cordero. Esta bestia es la cabalgadura de la gran meretriz (Ap 17, 3). Las características de estos animales pertenecen al simbolismo teriomorfo y el autor del Apocalipsis las recrea de una manera nueva. El Dragón le da su poder, su trono y gran poderío (Ap 13, 2). El autor también describe los contrastes entre esta bestia y el Cordero. La bes­ tia tiene una herida de muerte en una de sus cabezas (Ap 13, 3), mientras que el Cordero está de pie junto como degollado (Ap 5, 6). La primera bestia profiere blasfemias contra Dios; así nuestro autor previene a los cristianos del uso usurpador de esta bestia que tiene un poder limitado: cuarenta y dos meses, con lo que su plan no se puede realizar de manera plena (Ap 13, 5-7). La tierra entera adora a la bestia (Ap 13, 8), del mismo modo que los ancianos se postraron ante Dios y lo adoraron (Ap 5, 14). Esta tríada del mal (el Dragón y las dos bestias) son la represen­ tación de los poderes del mundo y se configuran en nuestro libro como la triada antidivina, con claras connotaciones idolátricas, opues­ tos a Dios y al Cordero51. La contraposición entre esta tríada antidivi­ na, Dios y el Cordero se determina en el Apocalipsis, a partir del sim­ bolismo numérico. El Dragón tiene siete cabezas y siete diademas (Ap 12, 3) mientras que la bestia que surge del mar tiene siete cabe­ zas, diez cuernos y diez diademas. El poder que tiene lo ha recibido de Satán como el Apocalipsis menciona en otro lugar (Ap 2, 10). Los números característicos son el 7 y el 10. El número 7 es el de Dios y el del Cordero, mientras que el 10 era el número del dia- cantiques et l’Apocalypse», en RscRelA. 9 (1 9 6 1 ) 3 2 1 -3 5 3 ; E. C ortés , «Una interpreta­ ción judía del Cant 5, 2 en el Apocalipsis 3, 19b-20», en RcatalT 4 (1 9 7 9 ) 2 3 9-258. 51 G. B iguzzi , «I numeri nell’Apocalisse di Giovanni e il loro linguaggio», 152-155.

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