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314 RAFAEL CASTILLO VELANDIA 1.2. Bosquejo histórico Si en algún lugar se pone de manifiesto lo peculiar de la cultu­ ra barí es en su historia. Gran parte de este proceso está marcado por constantes y sangrientos enfrentamientos. En 1529, Ambrosio de Alfinger lleva a cabo la primera exploración de importancia consi­ derable en la región del lago de Maracaibo. Desde entonces, los conquistadores se encontraron ante el desconcierto de una gran plu­ ralidad lingüístico-cultural13. No es sino hasta el siglo siguiente, en 1627, cuando aparece como referencia escrita el término motilón. Nombre usado, impro­ piamente, para designar a todos aquellos indígenas, entre ellos los barí, que se caracterizaban por su peculiar manera de cortarse el cabello. En este período, «se destaca... la resistencia que opo­ nen a las incursiones de los conquistadores. Son los primeros con­ tactos indirectos, no pacíficos y señalan momentos crueles de lucha... consecuencia de una defensa de sus propios intereses amenazados»14. Debido a los constantes ataques por parte de los barí, con la finalidad de saquear herramientas y provisiones a los pueblos colo­ nos, se promueven expediciones de castigo. La de 1767, capitanea­ da por Alberto Gutiérrez consigue capturar 27 barí. Entre ellos se encuentra uno que posteriormente será bautizado con el nombre de Sebastián José. Cinco años más tarde, gracias a la función de intér­ prete que realizara este último, se logra el primer contacto pacífico. A partir de esta fecha, los barí asumirán con total libertad entrar en la dinámica propia de las reducciones misionales. Dando posibili­ dad de fundar alrededor de diez poblaciones barí15. A principios del siglo xix se desmorona la estructura colonial, dando paso a la anarquía propia de la Guerra de Independencia. Tras el saqueo de los centros misionales, los barí vuelven a la selva. 13 C f. ibid; A . d e A lc á c e r , L os barí. Cultura del pueblo motilón, Bogotá 1964, 97-103. 14 D. C a s tillo , o . c ., 37. 15 C f. B. d e C a r r o c e r a , L os indios motilones. En el segundo centenario de su primer contacto pacífico (1772-1972), en Missionalia Hispánica 30 (1973) 191-223.