PS_NyG_2003v050n002p0233_0298

238 JOSÉ M. GARCÍA LABORDA Sin duda el texto poético más conocido de san Francisco es el Cántico d e las Criaturas, el testimonio más importante que conoce­ mos de la musicalidad del santo. Puesto que este poema sirve de base a muchas de las composiciones que vamos a analizar poste­ riormente, conviene señalar de antemano algunas de las característi­ cas de este texto fundamental de la lírica italiana y joya de la litera­ tura universal. EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS Esta obra es seguramente uno de los primeros documentos lite­ rarios y musicales en lengua vernácula que se conservan de la Edad Media en Italia, aunque precisamente nos falte la música. Su valor reside en la relación del poema con los famosos lau d e spirituali o lau d a spirituale que eran los cánticos religiosos no litúrgicos que cantaba la gente sencilla, especialmente en las comunidades de lai­ cos ligadas a las Órdenes mendicantes de franciscanos y dominicos, en villas y ciudades, tanto en latín —más raro— como sobre todo en los dialectos y romances regionales de la naciente lengua italiana. Los lau d e fue la respuesta del pueblo llano a una sencilla religiosi­ dad fuera de la Iglesia, lugar éste en donde los monjes y clérigos más cultos expresaban con el canto gregoriano y la incipiente poli­ fonía una alabanza litúrgica más elaborada. Los primeros laud e del siglo xm eran entonados de forma monódica, en estilo recitativo de salmodia, por grupos de «laudistas» («compagnie d’laudesi») y otras compañías de flagelantes que existían en todas las ciudades, y a veces eran acompañados de instrumentos musicales como cítaras, salterios o vihuelas. A partir del siglo xiv se adaptaron a la polifonía de la música culta y fueron saliendo del anonimato. Estos cantos fue­ ron de especial importancia para el desarrollo de otras manifestacio­ nes musicales de la época, como el drama medieval, con un floreci­ miento posterior en la polifonía renacentista. Este Cán tico de san Francisco podría ser el primer monumento de este incipiente género musical, que comienza a florecer en la región de Umbría y Toscana con el franciscano Jacopone da Todi en el siglo xm y se extiende con el tiempo a toda Italia, por lo que su trascendencia en la historia de la música es innegable. De finales del siglo xm proceden los dos úni­ cos manuscritos que contienen música monódica de estos laude, uno

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz