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SAN FRANCISCO DE ASÍS Y EL FRANCISCANISMO EN LA MÚSICA 277 de La C an ción d e la Tierra de Mahler «triste es la vida, triste es la muerte». Como dejó escrito el propio compositor en las notas al progra­ ma, 4a ob ra se in icia con g ran violencia, qu e va tranqu ilizándose hasta la seren id ad del fin a l: el p o em a d e Verdaguer es un texto d e adiós a l mundo y a la vida... El p o em a concluye: Adeu / que hivem s ’acosta; / aucells y flo r s ¡ad eu ! / qu an a alegrám tom eu / j a seré mort. El sentimiento y la música y a vienen defin idas p o r estas p a la ­ bras: la em oción está p o r en cim a d e todo y la fo rm a d e la obra es la estructura qu e organ iza su m an era d e ser y cóm o d eb e ser». La obra está escrita para un considerable aparato orquestal que incluye una gran presencia de metales y de percusión (dos arpas, piano, celesta, glockenspiel, tam-tam, flexatón, eoliphón, timbales y bombo). Esta gran orquestación y el empleo de la serie dodecafónica en toda la primera parte de la obra recuerdan a las Variaciones p a r a Orquesta, op. 31, de A. Schónberg, que emplean una tímbrica percusiva muy semejante, incluso con el mismo empleo del flexatón. Podemos decir que toda la composición recorre un proceso de tensión-distensión que se hace patente tanto en la textura orquestal y en las dinámicas (desde el fortísim o del arranque hasta el pian isi- mo del final), como en el despliegue del tempo (desde el agitato inicial hasta el molto lento con el que conluye la obra) y en la estruc­ tura interna del desarrollo de la disonancia (desde el dodecafonis- mo del comienzo hasta el transparente acorde de Do mayor con el que concluye el Poema). La composición comienza con un gran fortísimo de toda la orquesta (agitato molto), interrrumpido por breves momentos de rela­ jamiento, y se va serenando poco a poco hasta llegar a la textura lírica y expresiva de las cuerdas en el Largo (c. 55), en un gran proceso de ralentización que culmina en el ritardando molto (c. 268), parafrase­ ando las palabras del texto de Verdaguer sobre la muerte. En el c. ló l el arranque de los versos del poeta viene acompañado de una textura más transparente y camerística dominada por las cuerdas, de gran expresividad y dulzura, solo interrumpida por el impulso de toda la orquesta en el compás 217, que se apacigua inmediatamente hasta lle­ gar al final pianísimo, en el que la voz viene acompañada de una gran ligereza en la textura que desemboca en el acorde de d o mayor.

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