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SAN FRANCISCO DE ASÍS Y EL FRANCISCANISMO EN LA MÚSICA 271 Escena octava: La muerte y la Nueva Vida (Très modéré). (Muerte de Francisco en la pequeña iglesita de la Porciúncula, en Santa María de los Ángeles, en presencia de todos sus frailes). Esta ópera está impregnada del sutil simbolismo que caracteri­ za a la música de Messiaen y de los procedimientos técnicos tan comunes en sus composiciones. Los dos personajes principales de la ópera (san Francisco, barítono, y el ángel, soprano) están caracte­ rizados por motivos musicales concretos que recuerdan la técnica del leitmotiv wagneriano. Determinados temas y cantos de pájaros acompañan siempre a las dos figuras centrales. San Francsico está representado por la famosa avecilla de Asís llamada Capinera, mien­ tras el ángel viene representado por el Gerygone, un pájaro de Nueva Caledonia. También otros personajes, como los frailes y el leproso, vienen asociados con determinados motivos musicales. Otra idea musical muy querida de Messiaen, la utilización de ritmos grie­ gos y hindúes, encuentra en la obra una hermosa aplicación. Por ejemplo, la curación del leproso gracias al beso que le da Francisco viene acompañada de un ritmo dochmiaco (breve-larga-larga-breve- larga). La predicación de san Francisco a los pájaros con el concier­ to de estos últimos es un fresco polifónico grandioso de cuarenta y cinco minutos de duración, en el que las Ondas Martenot con diver­ sos instrumentos de percusión se mezclan en un contrapunto com­ plejísimo con simultaneidad de tempos diversos. Aunque esta músi­ ca (como toda la de Messiaen) no se encuadra en los sistemas tradicionales de la modalidad, tonalidad o serialismo, sino que sigue su propio ordenamiento interno y personal creado por el composi­ tor, la composición no rehúye elementos tonales. Por ejemplo, junto a un enorme cluster de 12 sonidos aparece el acorde perfecto de m i mayor (escena 7, cifras 55-56), que simboliza la transcendencia y la transparencia celestial. Un modo de alturas, intensidades, duracio­ nes y timbres que se extiende sobre tres octavas (al-Bl) simboliza el lado oscuro de la noche y el dolor de los estigmas (escena 7, cifras 3 y 5). Diversos frescos modales acompañan a las palabras del ángel: Dios es más grande que tu corazón (escena 3, cifras 62 y 65). El Cántico de las Criaturas es el principal eje motívico que recorre toda la partitura (escenas 2, 5 y 8) con su sentido de alegría y de alabanza.

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