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254 JOSÉ M. GARCÍA LABORDA III. LA VIDA Y LOS TEXTO S DE SAN FRANCISCO EN MÚSICA A ) O b ras de compositores europeos inspiradas en san F ran cisco Muchos compositores a lo largo de los dos últimos siglos se han sentido inspirados por la figura fascinante de san Francisco y han intentando poner en música las circunstancias de su vida o los versos de su famoso Cántico de las Creaturas. Queremos señalar aquí algunas de las composiciones más destacadas que se han escri to sobre san Francisco. Entre los primeros que se sintieron atraídos por la personalidad del santo podemos recordar a la figura insigne del compositor y pia nista húngaro Franz Liszt (1811-1886), un prototipo del artista del xix, abierto a las múltiples sugerencias de un ambiente tan rico en estímu los de todo tipo. La época romántica, que arropó la azarosa vida de sus protagonistas con las espléndidas manifestaciones literarias y musi cales de su entorno, prestó a Liszt adecuado pábulo para sus excesos amorosos, sentimentales y religiosos. En este ambiente hay que situar la ambivalencia personal de Liszt entre una vida mundana pletórica de relaciones sociales y musicales en continuo peregrinaje y su profunda religiosidad, que le lleva a hacerse franciscano y a recibir más tarde en Roma las Órdenes menores, culminando con una canongía en la Ciu dad Eterna. El guiño historicista de los románticos promovió encuen tros con músicas y literaturas del pasado y abrió la mirada de muchos artistas hacia la antigüedad y el misticismo de la Edad Media, impulsa do por los escritos, entre otros, de Saint-Simon (1825: Le nouveau christianisme) y Chateaubriand (1802: El Genio del Cristianismo). En este contexto de retornos continuos hacia el pasado y de recuperación de aspectos culturales olvidados habría que situar la mirada de Liszt hacia el santo medieval, acrecentada por un profundo sentido religio so adquirido ya en los primeros años de su infancia. No olvidemos que su padre, Adam Liszt, había sido novicio franciscano a los dieci nueve años, pero que había sido obligado a abandonar la Orden por su «carácter inconstante y variable» (Este dato viene señalado en NG y en la breve biografía de André Gauthier...). Fue su padre quien le puso precisamente el nombre de Franz, en recuerdo de san Francisco. La simpatía de nuestro genial pianista y compositor hacia san Francisco tuvo su origen en las primeras experiencias religiosas de
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