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198 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ enfermedades y las mismas materias primas con que era edificado, cada vez resultaban más escasas y lejanas. Los misioneros se esfor­ zaron en que se mantuvieran las últimas de estas viviendas hasta que se cayeron irremediablemente, puesto que para los barí ya no eran necesarias ni convenientes. El bohío era una muestra más del trabajo comunitario, donde desde los niños hasta los ancianos, todos tenían la posibilidad de participar. Una buena administración comunitaria distribuía las tareas según las posibilidades de cada uno. Este trabajo, al igual que la caza o la pesca estaba dirigido por el ñatubai (jefe), que sin ningún ambage o ceremonia organizaba el trabajo comunitario que todos seguían con gran diligencia. El mismo esquema comunitario hace que este jefe desempeñe tal papel mientras sea el que mejor lo rea­ lice. Cuando esto ya no es así, dará paso a un nuevo ñatubai que irá ocupándose de esa responsabilidad. El talante práctico y libre de los barí ha llevado a que además de esta figura, exista un segundo personaje, más joven con conocimiento del castellano y general­ mente con estudios, que asume la parte logística hacia fuera de la comunidad. Una manera eminentemente práctica de no perder su identidad y, al mismo tiempo, estar en contacto con las oportunida­ des que les ofrece el mundo occidental. 4. LABOR EDUCATIVA Y SANITARIA El primer gran empeño mostrado por los misioneros fue frenar el descenso demográfico que vivían los barí. Para este fin se emple­ an todos los medios a su alcance. Se desarrolla un programa de medicina preventiva y curativa que pronto empieza a mostrar sus resultados. La tarea de los misioneros no consiste sólo en la aten­ ción directa de la medicina, sino que también implicaba la concien- ciación de las autoridades civiles en las responsabilidades que tení­ an hacia aquellos miembros del país. Respondiendo a un esquema de misión clásica, se envía a los indígenas jóvenes a un centro misional para formarse. La tarea resul­ ta ardua y difícil; se dan frecuentes fugas y deserciones de aquellos en los que se habían puesto todas las esperanzas. Con el tiempo se comprenderá que el esfuerzo no ha sido en balde. Los indígenas,

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