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EXPERIENCIA EVANGELIZADORA DE LOS CAPUCHINOS CON LA ETNIA BARÍ EN VENEZUELA * 1. UN POCO DE HISTORIA Con la Real Cédula de 1650 dirigida a los Capuchinos, Felipe IV permite el paso de éstos a las provincias de Ultramar, con la única intención de dedicarse por entero a la pacificación y evangelización de los pueblos indígenas. En abril de 1694 llega a Maracaibo el pri­ mer grupo de misioneros. Después de concluir con todas las dili­ gencias necesarias, se introducen en la Sierra de Perijá en una expe­ dición misional. El primer pueblo con el que toman contacto es el de los aratomos, comenzando a convivir entre ellos. Debido a la ansiedad con que éstos vivían, por el miedo que tenían a los coya- mos, los misioneros decidieron que uno de ellos se adelantara, intentando entablar contacto con aquellos indios guerreros. Fruto del encuentro del misionero surgirá el primer mártir de aquella Igle­ sia, fray Gregorio de Ibi. Esta experiencia llevará a los misioneros a trabajar con mayor ahínco para lograr la evangelización y pacifica­ ción de aquellos pueblos. Es éste el contexto en el que tienen que trabajar los misione­ ros también con los motilones. La primera referencia que tenemos de este pueblo, bajo el término motilón es del año 1622. Bajo este nombre se describen aquellas características étnicas que llamaron la atención de los conquistadores. A partir de este momento son frecuentes las referencias en los documentos, debido a las incursio­ nes que éstos hacían a las poblaciones que se iban formando en su entorno, así como por la resistencia con que defendían sus propios * Dicha comunicación, «Religión, Etnia y Nación-, fue presentada en el II Con­ greso de Historia de la Iglesia en España y en el Mundo Hispánico, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, celebrado en Madrid los días 18, 19 y 20 de octubre de 2001.

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