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180 JOAQUÍN ESTEBAN ORTEGA vida», la de cada cual en concreto. A nadie le va a ser dada la posi­ bilidad de hablar de otra realidad más primaria que la de su propia vida ya que «vivir es lo que nadie puede hacer por mí —la vida es intransferible—, no es un concepto abstracto, es un ser individualí­ simo» 11. De este modo, la filosofía progresa cualitativamente y a la vez lo hace nuestro propio discurso, ya que se parte ahora de la máxima concreción y no de ninguna abstracción. Pero no debemos olvidar que la realidad radical que es la vida se encuentra contenida por la coexistencia del yo y del mundo, aunque para Ortega ahora sea imprescindible matizar los presupuestos del concepto coexisten­ cia. «Denominar ‘coexistencia’ —nos dice— al modo de existir yo con el mundo, ... es cometer una incorrección (...) El carácter estáti­ co, yacente, del existir y del ser, de estos dos viejos conceptos, fal­ sifica lo que queremos expresar (...) El ser estático queda declarado cesante ...y ha de ser sustituido por un ser actuante»12. Se nos abren con este texto las vías para describir los dos fundamentos que arti­ culan los nuevos atributos de esta nueva realidad: el carácter ejecu­ tivo y el carácter histórico de la vida. 1 . 4 . E jec u tiv id a d e h isto ricidad d e la vida En cuanto al primero de ellos conviene comenzar recordando que la filosofía orteguiana se sitúa en el clima heideggeriano de dinamización del pensamiento. La vida, por autoconstitución corre­ lativa, no puede ser definida con los términos del estatismo ontolo­ gico. De este modo, tal y como expresa Ortega, «la vida es para sí; pero no se entienda como en el idealismo: ser = ser objeto, sino ser siendo, ser Ente o entitativo. Esto se ve más claro cuando se advier­ te que el ser de la vida es un hacer, mejor aún, un hacerse. La refle­ xión sobre sí de todo lo vital no es intelectual o reflexión objetiva- dora sino eficiente, operante: un hacerse a sí mismo, un efectuarse o ejecutarse, o darse ser, o sustentarse a sí misma»13. Es decir, que 11 oc, vìi, p. 405. 12 OC, VII, p. 410. 13 J. O rtega y G asset , ¿Q ué es conocim iento?, Madrid, Revista de Occidente, 1984, p. 16.

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