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VIDA Y VERDAD EN ORTEGA Y GASSET 187 Ortega— de que el ser definitivo del mundo no es materia ni es alma, no es cosa alguna determinada, sino una perspectiva?»32. Nos desvincula así del realismo y del idealismo para poder entender el ser del mundo, es decir, la realidad como perspectiva, como vida en circunstancia. De este modo, nos apunta Julián Marías, «la atribu­ ción a la perspectiva no se dirige al conocimiento sino a lo real, con lo cual Ortega se distancia así de todo subjetivismo, ya que la pers­ pectiva no se justifica por estar yo siempre en cierto punto de vista o situación, sino por la condición misma de la realidad» 33. Igual­ mente, para P. Cerezo, «sobre la índole antisubjetivista del perspecti- vismo orteguiano no hay duda alguna»34, afirmándose que la pers­ pectiva (mi constitución y mi lugar) pertenece a la realidad como órgano expresivo de ésta. Visto, por tanto, cuál es este nuevo horizonte en el que la rea­ lidad es la que se nos ofrece en perspectivas individuales35 y cons­ tatada, de esta forma, la consecuente rehabilitación de la ‘perspecti­ va’ tras nuestro encuentro radical con la vida, parece oportuno señalar las características esenciales conformadoras de este concep­ to orteguiano que nos vincula con la verdad. Sintetizando la sistematización de Rodríguez Huesear36 podrí­ amos decir de la perspectiva vital (y, por tanto, real) lo siguiente: a ) es concreta, individual, personal, selectiva, única e intrasferible; b) es visual y espacial, pero a la vez intelectual, afectiva, estimati­ va, pragmática y temporal a causa de su dinamicidad; c ) tiene estructura ética; á) la estimación es componente esencial; e) es problemática, debido al problematismo de la vida; f ) ante la nece­ sidad de orientarse a causa de lo anterior implica también un posi- cionamiento teórico y práctico. Por lo visto hasta el momento, se puede afirmar que la ‘pers­ pectiva’, lejos de ser un nuevo modo de subjetivismo escéptico, es «la condición de lo real y la posibilidad de acceso a su verdad»37. 32 OC, I, p. 321. 33 J. M arías, o . c ., p. 371. 34 P. C e re z o , o . c ., p. 235. 35 OC, II, p. 19. 36 Cf. A. R o d ríg u ez H u e sca r, o . c ., pp. 100-109. 37 J. M arías, o . c ., p. 372.

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