PS_NyG_2003v050n001p0175_0192

184 JOAQUÍN ESTEBAN ORTEGA La verdad ahora se encuentra indisolublemente unida a la vida y, por eso, ha de ser entendida bajo unos supuestos de vitalidad constitutivamente humana. Ortega, frente a las posturas extremas del relativismo, que renuncia a la verdad a favor de la movilidad de la vida, y del racionalismo, que renuncia a la vida a favor de la verdad, piensa que «la vida sin verdad no es vivible» y que «sin hombre no hay verdad, pero viceversa, sin verdad no hay hom­ bre» 23. Por tanto, estamos situados en una dimensión «cordial» de la verdad, que para ser entendida dentro del contexto de rechazo al aristado contenido que sobre la verdad nos apunta la razón pura y sus derivaciones, deberá ser precisada desde sus presupuestos fundamentales. 2.1. E n cu en tro d e la vida con la verd ad En uno de sus primeros escritos, Renán (1910), Ortega expresa una concepción excesivamente objetivista de la verdad cuando nos dice que «lo verdadero y lo subjetivo son mundos contradictorios» ya que «lo objetivo es lo verdadero»24, es lo que nos ha de interesar primariamente. Se identifica aquí subjetividad con los prejuicios tan temidos por la racionalidad científico-positiva. Sin embargo, el pro­ pio Ortega se apresura a mitigar esta racionalidad en una nota de 1915 cuando se refiere al asunto diciéndonos: «He aquí un pensa­ miento que hoy me parece muy equívoco»25. No obstante, es preci­ so señalar que, en el mismo artículo, al hablarnos de la teoría de la verosimilitud, encontramos un primer momento de mediación en la insalvable distancia que había surgido de la condena a la subjetivi­ dad. Este acercamiento se produce desde la «aquiescencia sentimen­ tal» que supone la certeza de lo verosímil. Es decir, una de las pri­ meras, implícitas, y aún no tematizadas relaciones vida-verdad que se concreta en el carácter de verdad reconocido por Ortega en la obra de arte. «Las pragmáticas que dicta el sentimiento no son sus­ ceptibles de análisis: son simples revelaciones. Por eso, la coinci­ dencia de varios hombres al reconocer una similitud revela en ellos 23 oc, VIII, p. 40. 24 OC, I, p. 445. 25 OC, I, p. 445.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz