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SALMOS DE VÍSPERAS DE LA I SEMANA 117 — Así se explica el castigo terrible que se anuncia: ascuas, azu­ fre, viento huracanado (cf. Os 13, 5; Is 21, 1; 40,7; Jer 4, 11), como en Sodoma y Gomorra (Gén 19, 24; cf. Is 34, 9s.; Sal 17, 13ss.; 139, 11), paradigma bíblico del juicio divino. Estrofa 4: Tiene la función de recuperar el tono de confianza a la vez que resume la experiencia religiosa transmitida en el salmo: Dios es justo, la justicia lo define, pertenece a su íntima naturaleza divina, por eso Yahvé ama la justicia, que es él mismo. Aquí reside la esperanza de los justos. Dios los admitirá a su presencia, se les revelará, verán su rostro, en razón de la justicia por la que se ase­ mejan a él: «Quoniam iustus Dom inus et iustitias dilexit, recti vide- bunt vultum eius». 3. L ectu ra cristiana - a ctualización »La imagen de Dios como juez supremo y final se mantiene en la lectura cristiana, añadiendo la función judicial de Cristo al final de los tiempos, como juez de vivos y muertos (Hech 10, 42)» (Schó- kel-Carniti, I, 253). «El NT proclama a Jesucristo como el ‘lugar’ de la presencia de Dios. A él le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mt 28,18). En él se halla —a un mismo tiempo— mani­ fiesto y oculto el juicio escatológico. En la comunidad del NT, el individuo tendrá que buscar únicamente en Jesucristo el seguro refugio del que habla el Salmo 10» (Kraus, I, 322). El juicio de Cristo (Mt 25) nos revela quiénes son los justos- bienaventurados, y quiénes los malvados-condenados al ‘fuego’: ser justo, ser recto: acordarse del prójimo necesitado; la justicia es amor; ser malvado: encerrarse en el propio egoísmo, olvidarse del necesitado, no reconocer a Dios/Cristo en el pobre; la impiedad es egoísmo. Finalmente, en situación de persecución conviene recordar la bienaventuranza del Señor que encabeza la lectura cristiana del salmo en la edición litúrgica: «dichosos losperseguidos p o r causa de la justicia, porque de ellos es e l reino de los cielos »(Mt 5, 10).