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166 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL GONZÁLEZ como un seno materno...: allí se ha nacido, allí se encuentra paz, seguridad, alimento, calor, ternura... Todo el salmo está sostenido por este arquetipo materno» (Ravasi, I, 822). También está presente la sim- bología bélica: en el centro está Yahvé Sebaot, el Señor de los Ejérci­ tos (w. 4, 8, 12), denominación que está ligada al arca y a la guerra santa (2Sam 6, 2; ICor 13, 6). Motines, rebeliones, arcos, lanzas, escu­ dos: ambiente de guerra 40. El salmo puede dividirse en dos grandes secciones: — El díptico de Sión (w. 2-7). El cataclismo cósmico: la nada atenta contra el esplendor de Sión, pero Dios es raíz de la confianza (w. 2-4); el esplendor de Sión: los cataclismos cósmicos e históricos no ponen en peligro la ciudad de Dios (w. 5-7). — El canto de la paz cósmica (w. 8-12). Antífona e invitatorio (w. 8-9); invitatorio y antífona (w. 11-12). En opinión de A. Weiser, este salmo es «uno de los más pode­ rosos testimonios de la poesía y de la fe veterotestamentarias... La melodía fundamental del salmo, que resuena en todas las estrofas, es la intrépida confesión de la fe en Dios «(I, 382s.). 2. L ectura literario - exegética La división estrófica de la edición litúrgica coincide casi con los versículos (2-12); sólo el v. 4 ha sido dividido en dos. Por tanto, son trece estrofas, de las cuales tres son un estribillo que se repite: «El Señor de los Ejércitos está con nosotros...» «Dominus virtutum nobiscum». La primera parte del salmo (w . 2-7) está constituida por las ocho primeras estrofas: en ellas se traza un doble cuadro de Sión: — El salmo comienza con una profesión de fe en Dios carac­ terizado como «nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor» 40 Esta simbologia la pone de relieve el Segundo Isaías cuando se refiere a Sión «mientras engendra (Is 49, 21; 54, 1; 51, 18), da el nombre (48, 2) y pierde a sus hijos (Is 49, 20; 51, 18-20> (Ravasi, I, 822).

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