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SALMOS DE VÍSPERAS DE LA I SEMANA 161 do del débil, del pobre, del marginado. «Se considera feliz a aquel que trata al pobre con prudencia, discernimiento o ánimo piadoso... En lugar del temor de Dios que tanto resalta en las demás felicita ciones, aquí se ha dado énfasis a la bondad con el menesteroso» (Kraus, I, 656). La retribución al que así se comporta aparece descri ta en positivo y en negativo. En clave positiva la bendición divina se presenta como protección: el Señor lo guarda; como vida: lo con serva en vida; comofuen te de alegría: dichoso en la tierra: «Domi- nus servabit eum, et vivificabit eum, et beatum faciet eum in ierra». Esta visión positiva de la bendición-retribución de Dios al que se mantiene fiel, se profundiza y completa en negativo en el día aciago en que lo pondrá a salvo el Señor; los enemigos no podrán con él; los dolores de la enfermedad no lo derrumbarán: -Et non tradet eum in fauces inimicorum eius ;•... opem feret illi super Iec- tum doloris eius; universum stratum eius versabis in infinnitate eius-59. Estrofas 4-8: Contienen la lamentación contra los enemigos. A lo largo del salterio 19 veces «el perdón es visto como raíz de sana- ción, atendiendo a la rígida aplicación de la teoría de la retribución (‘pecado-enfermedad’)» (Ravasi, I, 750). Por tanto, no es extraño que el enfermo, al invocar ia curación, comience confesando su pecado: «sáname, porque he pecado contra ti» = -sana animam meam, quia peccavi tibi». «Todos los salmos de los enfermos revelan explícita mente u ocultamente esta interacción entre mal físico y mal moral y celebran la conversión como medicina del espíritu, pero también como terapia corporal» (Ravasi, I, 750). O como señala Kraus, «en el trasfondo del v. 5b se halla la idea de la conexión indisoluble entre la enfermedad y la culpa» (I, 657; cf. Sal 6, 2ss.; 31, 3s.; 37, 4s.). «Todavía en el evangelio, ante un enfermo preguntarán quién ha pecado, él o su padre (Jn 9, 2). La enfermedad queda así explicada y teológicamente justificada, y la curación es acto de misericordia o piedad» (Schókel-Carniti, I, 607). 39 «Tu hai mutato il suo giaciglio di infermo» (A. Weiser, I, 357); «Tú cambias todo su lecho durante su enfermedad» (Kraus, I, 653); «Volcará la camilla de su enfer medad» (Schòkel-Carniti, I, 602); «Cambiará la postración en que está sumido» (BJer, que añade en nota literalmente «en su enfermedad». Texto dudoso).
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