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160 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL GONZÁLEZ 1. G énero literario Tendríamos que hablar mejor en plural, pues son distintos géneros literarios los que se pueden rastrear a lo largo del salmo. Ravasi individua tres: — De carácter hímnico-sapiencial (w . 2-4): dichoso el que cuida del pobre y del desvalido37; — De lamentación contra los enemigos (w. 5-10): mis enemi­ gos me desean lo peor; — De acción de gracias a Dios (w . 11-13): mi enemigo no triunfa de mí. La estructura simbólica descansa sobre estos puntos de apoyo: Hay un simbolismo espacial: el lecho del dolor en torno al cual aparecen los ‘enemigos’; un simbolismo vertical, las siete acciones de Dios: lo pondrá a salvo; lo guarda; lo conserva en vida; lo hace dichoso en la tierra; no lo entrega al adversario; lo sostendrá en la enfermedad; calmará los dolores. Sobre todo en los w. 5-10 se puede observar la presencia de un simbolismo antitético: misericordia / pecado; el amigo se torna enemigo; lo que se dice / lo que se piensa (cf. Job 19, 13-15.17-19; 31, 16-17.22). 2. Análisis lite ra rio -e x e g é tic o En la edición litúrgica consta de doce estrofas. Estrofas 1-3: Constituyen lo que hemos llamado un himno sapiencial, con la bienaventuranza inicial: «Beatus qui intélligit de egeno *38. A la dura experiencia del orante, solo y abandonado, ultra­ jado, se contrapone la religiosidad yahvista que privilegia el cuida- 37 «El último salmo de la primera colección, lo mismo que el primero, comien­ za con una bienaventuranza... Pero la bienaventuranza es aquí la proyección de una experiencia personal al plano de categoría, inviniendo la cronología... Éste es el caso: un hombre caritativo se solía ocupar de los pobres, ha caído enfermo; en aten­ ción a su caridad, Dios mismo se ocupa ahora de él- (Schókel-Camiti, I, 604s.). 38 Los LXX añaden a ‘desvalido’ «y el pobre-.

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