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SALMOS DE VÍSPERAS DE LA I SEMANA 115 La clave del salmo: «Dios es el juez de los hombres, decisivamen­ te y simplemente divididos en justos e injustos, inocentes y culpables. El juicio es en algún modo escatológico» (Schókel-Carniti, I, 249)3. 2 . A nálisis literario - exeg étic o En la versión litúrgica el salmo está dividido en cuatro estrofas. Estrofa 1: El texto se abre con una profesión de confianza abso­ luta en Yahvé: «In Domino confído». Ésta es su respuesta definitiva al consejo bienintencionado de los amigos anónimos que, guiándo­ se por la prudencia humana, le aconsejan huir, escapar: «transmigra in montem sicutpasser». El salmista se halla en grave peligro y se le ofrecen dos soluciones alternativas: — el exilio y la resistencia o lucha guerrillera en el ‘monte’, lugar de refugio; — o acogerse al derecho de asilo en el templo poniéndose bajo la protección de Dios, defensor del débil, del perseguido, del inocente. El orante perseguido opta por esta última solución: su huida es hacia Dios que habita en el templo: «Domino in templo sancto suo». Aquí está la razón de su valentía: él se acoge a Dios. «El que cree, no huye» (Is 28, 16). «Esta confianza es una confesión de fe en el poder de la protección divina y un rechazo de toda ayuda a sí mismo»> (Kraus, I, 319). El motivo y contenido concretos del ataque no lo conocemos. Parece que el salmista se siente atacado o calumniado por la espal­ da, a traición, socavando su prestigio, su autoridad moral. La mejor descripción de esta situación la hallamos en el Sal 63, 4s.: «Afilan sus lenguas como espadas, y disparan comoflechas palabras vene­ nosas, para herir a escondidas a l inocente, para herirlo po r sorpre­ sa y sin riesgo». Ahora bien, este estado de predominio de la injusticia pone en entredicho una convicción de fe: el mundo, en cuanto creación de Dios, se rige según un orden divino. Cuando fallan los cimien- 3 Luis A lo n so S ch ó k e l - Cecilia C a rn iti, Salmos. I. Salmos 1-72, Verbo Divino, Estella (Navarra) 1992.