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SALMOS DE VÍSPERAS DE LA I SEMANA 159 presume de sí misma, que no se atribuye con soberbia nada a su propio poder... La vena de esta humildad brota de otro manantial; emerge de Cristo... En el diluvio de abundantes aguas, los que se levantan contra Dios y enseñan insolentes iniquidades no se acerca­ rán a Dios... Por todas partes, aun cuando confesamos los pecados, resuenan cerca de nosotros aquellas aguas del diluvio. No forma­ mos parte del diluvio, pero nos hallamos rodeados por él... ¿Acaso [el creyente] no oye a tales doctores, no oye a tales soberbios o no soporta en su corazón cotidianas persecuciones emanadas de sus palabras?» (I, 409-411). Alegraos, justos,... los de corazón sincero...: Los rectos de cora­ zón son los «que no se oponen a Dios... Es recto de corazón el hom­ bre que al padecer sin querer (praeter voluntatem. •contra su volun­ tad) cuantas penalidades le sobrevengan... las atribuye únicamente a la voluntad justa de Dios, sin considerarle ignorante, como si no supiese lo que hace, porque castigue a unos y perdone a otros. Los perversos de corazón... son los que dicen que todos los males que padecen los padecen inicuamente, achacándole a Dios la iniquidad, por cuya voluntad padecen, o los que, no atreviéndose a imputarle la iniquidad, le niegan el cuidado y el gobierno de las criaturas; por­ que él, dicen, no puede cometer la iniquidad, y es inicuo que yo padezca y que otro no sufra... de aquí deduzco que Dios no gobier­ na los acontecimientos humanos ni se preocupa de nosotros... Luego o no hay Dios, y esto lo dice el impío, a quien desagrada lo que a él le acontece contra su voluntad (praeter voluntatem) y no le suce­ de a otro a quien se antepone; o es injusto el Dios a quien agradan estas cosas que hace; o Dios no gobierna los acontecimientos huma­ nos ni tiene cuidado de sus criaturas... ¿Por qué se dice esto? Por­ que se torció el corazón. Dios es recto, y por eso el corazón torcido no asiente con él» (415-417). SALMO 40 El TM lo atribuye a David; la BJer lo titula Oración de un enfer­ mo abandonado; para la edición litúrgica el salmo es la Oración de un enfermo, que traduce exactamente el título latino Infirm i oratio. Un enfermo es el protagonista de esta oración.

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