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152 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL GONZÁLEZ nes se sumergen en las sensualidades (libidinibus) y en los deseos mundanos, bajan al lago». ¿Te va a da r gracias el polvo (confitebitur tibipulvis)?: «La confesión es de dos clases: o de pecados o de alabanzas. Cuando nos va mal, confesamos en la tribulación nuestros pecados; cuan­ do nos va bien, confesamos o tributamos alabanzas a Dios en el regocijo de la justicia. Nunca vivimos sin confesión (sine confes- sione tamen non simus)» (I, 319). Me desataste el saya l..: «¿Qué cosa es el sayal? La mortalidad. El sayal se confecciona de cerdas de cabras o de cabritos, y las cabras o los cabritos designan a los pecadores. El Señor sólo tomó de nuestro acervo el sayal, mas no la causa de él. La causa del sayal fue el pecado, el sayal es la mortalidad. Tomó por ti la mortalidad quien no merecía morir. Merece la muerte el que peca, pero aquel que no pecó no mereció el sayal» (I, 319). SALMO 31 Salmo atribuido a David; en la BJer lleva por título «El recono­ cimiento del pecado obtiene el perdón»; en la edición litúrgica «Acción de gracias de un pecador perdonado», y en la latina «Beatus cui remissa est iniquitas». El tema del salmo es, pues, el perdón de los pecados como don de Dios; es el segundo de los siete salmos penitenciales (Sal 6; 37; 50; 101; 129; 142) 32. 1. G énero literario Este salmo «debe entenderse como todáh, como cántico de acción de gracias de un individuo... Tales cánticos de acción de gra- 32 De opinión contraria es Kraus: «En ningún caso debiéramos pensar en este cántico de oración como salmo penitencial» (I, 562). Según A. Weiser, «no es una específica plegaria penitencial, como el Sal 50, que fue recitado bajo la angustia inmediata del pecado, sino que es un salmo de acción de gracias, que se remite a la penitencia y al perdón de los pecados, y de la experiencia personal del salmista saca una enseñanza para todo fiel» (I, 293).

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