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150 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL GONZÁLEZ esa alabanza no se extinga es la única razón para que Yahvé salve a quien está gravemente enfermo» (I, 545) 31. Estrofa 7: El final del salmo es la acción de gracias sonora, exul­ tante por el milagro de la vida recuperada. El paralelismo antitético sirve también aquí para destacar el cambio operado en el salmista: el luto por danzas, el sayal por vestido de fiesta. 3. L ectura cristiana - actualización La sentencia que encabeza el salmo, tomada del abad Casiano, lo sitúa en el horizonte de la resurrección: «Cristo, después de su gloriosa resurrección, da gracias al Padre». «Los cristianos pueden tomar en los labios el salmo, aceptar como designio de Dios las polaridades humanas hasta la muerte, y sentir el gozo anticipado de la victoria de la vida sobre la muerte... ‘Damos gracias a Dios que nos ha dado esta victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo’ (ICor 15,57>» (Schókel-Carniti, I, 476). Cristo puede decir con el salmista: «Sacaste mi vida del abis­ mo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa... Cambiaste mi luto en danzas». ‘Me escondiste tu rostro’: en el Huerto de Getsemaní, Jesús sien­ te el peso de la muerte: «Padre, que pase de mí este cáliz...»; en la cruz Cristo clama «Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado». Pero ¿dónde está muerte tu victoria? (ICor 15, 56). Cristo resu­ citado «ya no muere más, la muerte ya no tiene dominio sobre él» (Rom 6, 9). 4. C omentario de S an A gustín Te ensalzaré, Señor, porque me has librado... «¿Por qué interce­ de? Porque se dignó ser mediador. ¿Qué cosa es ser mediador entre 31 Según A. Weiser, en esta petición se expresa «no tanto la alta estima de sí que tiene el orante, como se pudiera deducir a primera vista, cuanto más bien el tardío conocimiento de la exigencia de la fe, de dar testimonio de la gracia de Dios, como ahora ha conseguido» (I, 283).

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