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146 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL GONZÁLEZ SALMO 29 Salmo atribuido a David, con la nota de que es un canto para la dedicación de la Casa o del Templo (cf. IMac 4, 36-59)23. En la BJer lleva por título «Acción de gracias después de un peligro de muerte»; en la edición litúrgica «Acción de gracias por la curación de un enfer mo en peligro de muerte», y en la latina «Gratiarum actiopro libera- tione a morte». En los tres títulos hay un motivo idéntico que expresa claramente el contenido y sentido del salmo. 1. G énero literario El salmo se enmarca en los cantos de acción de gracias de carácter personal, y el motivo del mismo es la liberación de la muer te, o sea, del peligro de muerte en que se ha visto el orante durante su enfermedad 24. Este salmo alcanza un alto nivel poético «por la absoluta originalidad de los símbolos, por la libertad de las emocio nes», que se resisten a entrar y expresarse en el esquema habitual del historial clínico 25. En la estructura literaria del salmo destaca el juego de las anti nomias: bajar al abismo / revivir (v. 4); cólera un instante / bon- 23 Con ocasión de esta celebración se instituyó la fiesta de la Hanukkah, o de la dedicación, inauguración (cf. Jn 10, 22). «‘Para esta fiesta no se compuso un nuevo salmo, sino que se escogió de entre los del salterio uno que fuese el más apto y al que se pudiera dar un nuevo significado. Así se eligió el Sal 29’ (S. Mowinckel). El canto de la vida, después de un riesgo de muerte, de himno personal se transformó, entonces, en un canto nacional de vida, de esperanza y de alegría, después de la tragedia de la opresión» (Ravasi, I, 548). «Es evidente que el Sal 29, como cántico de acción de gracias de un individuo, desempeñó a partir del año 165 a.C. un papel importante en la fiesta de la nueva dedicación del templo (IMac 4, 52ss.; 2Mac 10, 5ss.; Jn 10, 22), y por ello mismo fue trasferido de la experiencia individual a la vida de comunidad y a su culto» (Kraus, I, 542). 24 «La enfermedad y curación de Ezequías pueden aducirse como ilustración o modelo; es lógico que tengan puntos y aun segmentos de contacto el Sal 29 y el cántico de Is 38, 9-20» (Schókel-Camiti, I, 468). 25 «Desde el punto de vista poético, el Sal 29 es uno de los mejores salmos ya que se distingue por su estilo ágil y fluido..., por sus bellas y apropiadas imá genes, por su disposición clara y por su sentimiento uniforme» (B. Duhm, cit. por Kraus, I, 540).
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