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134 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL GONZÁLEZ mos, la celebración del rey y de la comunidad. En el centro, la lealtad de Dios, como del soberano con su vasallo» (Schókel-Carniti, I, 368). 2 . A nálisis literario - exeg étic o La división del texto litúrgico castellano contiene cuatro estrofas: Estrofa 1: en la primera parte de la estrofa (v. 2) resuena, como en una antífona de entrada, el canto jubiloso de la asamblea y el motivo de la celebración litúrgica: los triunfos militares del rey que, en realidad, son de Dios, por eso se cantan a Yahvé. La fuerza del rey no es otra que la de Dios fin virtute tuaj, por eso la victoria es del Señor fsalutare tuum j. O, en caso de que se trate de una oda para el día de la coronación, se cantan las victorias del nuevo rey por anticipado contando con el favor divino. «El rey se goza de este poder protector de Yahvé, y se llena de júbilo por la salvación que le envuelve» (Kraus, I, 440). P rim er canto d el solista (w . 3-7: estrofas segunda parte de la primera hasta la tercera, excepto el último verso): el sacerdote se dirige a Dios para darle gracias por sus continuas atenciones para con el rey: éste aparece como modelo del orante, bendecido y escu chado por Dios (desiderium cordis eius tribuisti ei, et voluntatem labiorum eius non denegasti) l6. Las bendiciones que se enumeran son las siguientes: — Ante todo, la principal bendición consiste en el hecho de que Dios sale al encuentro del rey; la dignidad real es un don de Dios: ‘te adelantaste a bendecirlo... y has puesto en su cabeza una corona de oro fino’: «La coronación... es el momento de la transmisión de la ‘ben dición de Dios’ y de la ‘fortuna del rey’, sobre el cual reposa el poder y la autoridad de la realeza: todo depende de la bendición de Dios» (A. Weiser, I, 221). En el origen y permanencia del reino de Israel está la bendi ción ‘constitutiva’ de Dios que por ser de Dios realiza lo que dice. 16 «Aquí debemos tener en cuenta en primer lugar, que —según el AT— el rey elegido por Dios tenía el privilegio de orar espontáneamente» (1 Re 3, 5ss.; Sal 2, 8; 19, 5). -El rey gozaba de especiales prerrogativas sacerdotales» (Jer 30, 21) (Kraus, I, 441).
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