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128 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL GONZÁLEZ sea el apoyo, la fuerza que lo mantenga en pie en los momentos de inseguridad (protegat). ¿Por qué se apela al ‘nombre del Dios de Jacob? Se trata de una denominación muy arcaica de Dios. Así en Gén 49, 24 se habla del ‘Fuerte de Jacob’ (cf. Is 49, 26; 60, 16); en Is 1, 24 se designa a Dios como «el Fuerte de Israel». Dos experiencias teológico-salvíficas están detrás de este título: — La primera está ligada a la elección gratuita de Israel por parte de Dios Qosué 24, en la asamblea de Siquén): Dios es la raíz de la realidad histórica y de la unidad nacional de Israel. — El segundo motivo de este título está en el hecho de que el ‘credo’ histórico de Israel (Dt 26, 5-9) tiene como primer artículo de fe la llamada de los patriarcas, personificados en Jacob en cuya elec­ ción aparece la soberana gratuidad y libertad de Dios, y la podero­ sa intervención divina en su favor (liberación de Egipto). Por eso no es de extrañar que se invoque en momentos de inseguridad nacional precisamente ‘el nombre del Dios de Jacob’ contra los enemigos. El auxilio y apoyo que se pide es de carácter ‘militar’. Detrás de esta oración subyace, como he dicho antes, la ideología de la ‘guerra santa’, según la cual, Dios protege incluso militarmente a su pueblo (cf. 13, 7 = 52, 7; 17, 18; 43, 10; 67, 6; 117, 7; 127, 5; 133, 3; ISam 4, 3-9). Al inicio de la conquista de Palestina y en los comienzos de la monarquía, la ayuda divina apa­ recía visiblemente representada en el ‘arca’ que les acompañaba en las batallas (Núm 10, 35; Jos 6, 6-14; ISam 4, 3-22; 11, 11). Ahora, en los tiempos del salmista, el arca permanece en el santuario situa­ do en el monte Sión, por eso de ahí tiene que llegar la ayuda nece­ saria: «mittat tibi auxilium de sancto, et de Sion tueatur te». La vic­ toria de Israel no se funda en las armas: viene del santuario (v. 3), de Sión (v. 3), del cielo (v. 7). «Al poder de las armas se contrapo­ ne el poder —desarmado— del Nombre. Israel puede permitirse ser tanto más débil cuanto más fuerte es su Dios« (R. Lack) 12. esfera del cielo (cf. v. 7) irrumpe en la terrena» (A. D e is s le r , L os Salmos, Paulinas, Flo­ rida [Bs. As.] 1966, 86s.). «Esta ‘teología del nombre’, que se halla íntimamente relacio­ nada con el santuario central y con la praesen tia D ei actuante en él, desempeña en los salmos un papel importante: Sal 43, 6; 53, 8; 117, 10-12; 123, 8» (Kraus, I, 431). 12 Según Schókel-Camiti, I, 361: -El Sal 20 [19] se sitúa antes de emprender la batalla. ¿Es meramente defensiva? El texto no hace distinciones. Conceptualmente

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