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METAFÍSICA DEL SER INFINITO: LA CREATURA.. 51 manera arbitrario. Las relaciones existentes entre signo y símbolo han conocido diferentes interpretaciones en la filosofía contemporá­ nea. La diversidad de dichos conceptos está en estrecha relación con las diferentes clasificaciones y definiciones de signos. Podríamos ver en las diferentes clasificaciones de los autores dos concepciones sobre el símbolo y el signo: 1) una de inspira­ ción semiótica y en conexión con la filosofía analítica (Pierce, Morris, Schaff...), en la que los símbolos son una subclase de los signos: el signo es un género en el que el símbolo es una especie (al que acompañan los iconos y los índices), es esta una visión que ha sido corriente en la filosofía; y 2) otra según la cual los signos y los símbolos se oponen (Saussure, Todorov, Piaget, Cassirer o Gadamer) n. Ante tal diversidad es difícil establecer un criterio uná­ nime. Simbólico es una apelación bastante ambigua 12. Nos vemos abocados a adoptar una concepción, de modo incluso arbitrario, de símbolo y de signo. Y, además, hay que tener en cuenta que la apelación de simbolismo no es un recurso lingüístico en nuestro caso; no realizamos un uso contemporáneo o analítico del mismo, sino que apelamos a esta diferenciación para explicitar una metafí­ sica que anda por otros derroteros. Y eso es lo que vamos a reali­ zar. Pensamos que el primer modo de concebir signo y símbolo, más dependiente de la clasificación analítica, no puede explicar la metafísica creatural en Buenaventura. Frente a la primera, la segun­ da, de más clara tradición hermenéutica, nos sirve mejor para nues­ tro propósito, entendiendo que este método resulta más útil para nuestros propósitos; no en el sentido de que nos ayude a confir­ mar una idea que tenemos en mente, sino porque es más útil a la hora de analizar el pensamiento medieval. En este sentido cuando hablamos de signo, entendemos un equilibrio más o menos arbitra­ rio entre significado y significante, el signo nos refiere una reali­ dad; y cuando hablamos de símbolo, significado y significante apa­ recen en desequilibrio en el sentido que el significado abstracto o trascendente se encarna en el significante material inmanente como 11 C f. una esquematización en J. H ierro S. P esca do r , P rincipios d e F ilosofía d el Lenguaje, Madrid 1994, 27-28. 12 C f. J. G ómez C affarena , «Sobre la cognitividad de los símbolos», en M iscelá- ?iea Com illas, 42 (1984) 189-208.

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