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92 MANUEL LÁZARO PULIDO seres, un modelo «ejemplar». Sin embargo, es necesario hacer una distinción. Al hablar del Ser de Dios, no dejamos de hacerlo de un «nombre». Dios no se agota en el Ser, sino que éste brota de él como participación. Así, en el Pseudo-Dionisio, el Ser no es lo que mejor designa la naturaleza de Dios. Es preferible el Bien o Uno, unidad exenta de toda multiplicidad. En este sentido Olegario contesta nega­ tivamente a la pregunta de si existe o no una teología trinitaria en el Pseudo-Dionisio, afirmando incluso su incompatibilidad con la teolo­ gía trinitaria 166. Al Doctor Seráfico no se le escapa semejante dificul­ tad. Como señala el mismo autor «el concepto de Dios tal como el Areopagita le presenta, no existe en san Buenaventura»167. San Buenaventura, nuevamente, equilibra la interpretación de los dos polos neoplatónicos que le salen constantemente al paso: la concepción metafísica de san Agustín y del Pseudo-Dionisio. Dios, es el ser puro, simple y absoluto como eterno, actualísimo, perfecto y único l68, pero éste no es el ser particular, ni el análogo sino que es el Ser divino: «Sed hoc non est esseparticulare, quod est esse arc- tatum, quia perm ixtum est cum potentia, nec esse analogum, quia m inim e habet de actu, eo quod minime est. Restat igitur, quod illud esse est esse divinum *169. San Buenaventura no ha mencionado ningún filósofo de una manera explícita; pero se advierte, en su reflexión sobre el Ser y el Bien, una influencia de la tradición neoplatónica medieval. Ser y Bien (caps. V y VI del Itinerarium ) muestran respectivamente la essentia- lia D eiy propria personarum de Dios 170. De modo paradigmático171 nos encontramos ante el Ser de influencia agustiniana y Bien de neto 166 O. G o n z á lez , o . c ., 204. 167 Ib., 209. 168 -Esse igitur, quod est esse pu rum et esse simpliciter et esse absolutum, est esse prim arium , aetem um , simplicissimum , actualissimum , perfectissim um et summe unum - (Itin., c. 5, n. 5: V, 309a-b). 169 Ib., c. 5, n. 3: V, 308b-309a. 170 G. S a n tin e llo , o . c ., 75. 171 De modo paradigmático, pues ni san Agustín se olvida del Bien en Dios, ni el Pseudo-Dionisio obvia el Ser de Dios. Nos referimos pues a influencias marca­ das y no excluyentes. Un ejemplo de la influencia neoplatónica sobre el concepto de Ser, cf. W. Beierwalters, «Neuplatonisches bei Bonaventura. Aänotatiunculae zum Itinerarium mentis in Deum, V, 8-, en G. Benakis (ed.), o. C., 131-146.

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