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METAFÍSICA DEL SER INFINITO: LA CREATURA. 91 su inaccesibilidad en cuanto Padre, mientras que el Bien es el com­ plemento necesario del misterio Trinitario —su nombre apropiado—, y, por este motivo, se sitúa en el capítulo VI, más cercano al éxtasis místico que describe el séptimo y último capítulo en el que aparece la realidad distintiva de Dios, a saber, ens, unum, bonum como veritas, y por el cual el contemplativo alcanza la verdadera sabidu­ ría cristiana 161. Al nombre de Ser se le asocia el de Bien, tomando como fuente el universo platónico, desarrollado posteriormente por el neoplatonismo y asimilado por la teología medieval l62. Como hemos mencionado, san Buenaventura asimila la tradición platónica en su doble vertiente (san Agustín y Pseudo-Dionisio) subrayando más el concepto de lo agatbon que el eros (personalismo agustinia- no) 163 y remarcando su comunicación de difusión (Pseudo-Dioni- sio). La conjunción de ambas posiciones liberan a este concepto de cualquier peligro panteísta. El Bien, como el Ser, es el reflejo de la madurez intelectual y de la voluntad de integración de san Buenaventura. Sin citar a nin­ gún autor de manera explícita, el análisis del pensador franciscano de estos conceptos corresponde a toda una tradición de reigambre medieval, el neoplatonismo. C) La síntesis del Dios Unoy Trino En la noción del Ser, san Buenaventura hace suyas las tesis agus- tinianas, imprimiéndoles su genio personal164. La noción del Ser en el pensamiento bonaventuriano no se agota en esta visión. Al igual que en el nombre de Bien, la sombra de Dionisio se hace presente en la noción del Ser infinito. Para Dionisio, Dios es Ser, causa de toda razón l65, el Ser es, en este sentido, fundamento de todos los 161 Cf. E. R ivera de V e n to sa , o . c ., 13. 162 Sobre la asimilación del concepto de bien en la Edad Media, cf. C. S teel , L ’Un et le Bien. «Les raisons d’une identification dans la tradition platonicienne», en Revue de Sciences Philosophiques et Théologiques ; 73 (1989) 69-85. 163 Cf. E. R ivera de V e n to sa , o . c ., 119-133; Id., o . c ., 191-203- 164 J.-G. B o u g e ro l, o . c ., 57. 165 Cf. É . G ilson , Lafilosofía en la E dad Media. Desde los orígenes hasta e l fin d el siglo xiv, Madrid 19852, 79.