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METAFÍSICA DEL SER INFINITO: LA CREATURA.. 87 A) Unidad en Dios-Sery fon talidad del Padre La unidad divina es otro concepto de gran importancia si que­ remos llegar a acerarnos al misterio de Dios. Con el verum, bonum y ens, el unum completa la comprehensión trancendental del ser. En el Itinerarium se identificaba, en el capítulo quinto, la uni­ cidad divina al Ser; y de hecho su título no puede ser más claro al respecto: De speculatione divinae un itatisper eius nomem prima- rium, quod est esse142. El ser, en Dios, se muestra a la razón de manera evidente y se confirma por la revelación de manera que no se puede negar su no-existencia 143. Frente al ser creado imperfecto surge el Ser primero, Dios, único en esencia, acto puro, eterno, per­ fecto y único, como hicimos notar al hablar de la vanidad de la cre­ atura: -Esse igitur, quod est esse purum et esse simpliciter et esse absolutum, est esseprimarium, aetemum, simplicissimum, actualis- simum, perfectissimum et summe unum »144. El concepto de Ser nace de la exégesis del Éxodo. La primeri- dad del nombre del Ser en Dios que se impone a nuestra inteligen­ cia es rubricada por la enseñanza de la Sagrada Escritura en la res­ puesta del mismo Dios a Moisés en el Sinaí: «Yo soy e l que soy* y asimilada por los Santos Padres 145. Al respecto, el Doctor Seráfico citará al propio Juan Damasceno quien subraya la primeridad de Dios como «el que es»146. El nombre de Ser en Dios satisface tanto 142 Itin., c. 5: V, 308a. 143 Este pasaje del Hexaémeron es un reflejo evidente de la evidencia del ser en Dios para san Buenaventura: •Sic igitur, bispraesuppositis, intellectus intellegit et dicit, p rim um esse est, et n u lli vere esse con venti n isi p rim o esse, et ab ipso omnia habent esse, quia nulli inestpraedicatum n isiprim o esse» (Hexaem ., coll. 5, n. 31: V, 359a-b). 144 itin., c. 5, n. 5: V, 309b. 145 Itin., c. 5, n. 2: V, 308b. San Buenaventura hace referencia al texto bíblico del Éxodo: «Dixit Deus a d Moysen,: <£go sum qu i sum>. Ait: <Sic dicesJtliis Israel: Q ui sum m isit me a d vos>• (Éx 3, 14). Esta idea se refleja en san Juan, identificán­ dose la misma definición en Cristo: «Dixi ergo vobis quia moriem ini in peccatis ves- tris, s i enim non credideritis quia ego sum, moriem ini in peccatis vestris* (Jn 8, 24). Al respecto, cf. A. G hisalberti , «‘Ego sum qui sum’: la tradizione platonico-agostonia- na in San Bonaventura», en Doctor Seraphicus, 40-41 (1993-1994) 17-33. 146 » Q ui est, D ei nomen maxim e proprium . - Ex omnibus porro nom inibus quae Deo tribuntur, nullum aeque proprium videtur, atque ‘ó o n ’ (id est), Q ui est:

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