PS_NyG_2003v050n001p0045_0110
METAFÍSICA DEL SER INFINITO: LA CREATURA. 59 sus bases en la doctrina del Verbo divino. Dios es para san Agustín, ante todo, «realidad». Este supremo logos (Verbo) es la fuente, a su vez, del conocimiento. La iluminación del conocimiento en san Agustín nace, de este modo, de un esquema metafísico en el funda mento de la realidad que descansa en Dios. Es el arquetipo de todo lo creado. La prueba nace del mismo conocimiento de las cosas. Conocemos las verdades eternas que están en el Verbo Eterno, la segunda persona de la Trinidad, que somos capaces de entender por participación, alcanzando así la sabiduría. El hecho de alcanzar ese conocimiento nos lleva a reafirmar su metafísica implícita. Es, pues, el camino agustiniano, eminentemente descendente; las cosas existen en Dios como molde divino (como Arte) y el conocimiento dimana así por iluminación desde el Verbo. San Agustín quiere, entre otras cosas, desterrar dos mundos totalmente diferenciados (inteligible y material) al estilo de Platón, adoptando más la visión neoplatónica que bajo el nombre de Nous 37 emana de la Unidad 38. Esta doctrina ejemplar, metafísica y epistemológica, afecta al modo en el que se entiende Dios y la creación. Dios Trinitario es el ejemplar eterno, el resto es, pues, creación. En este esquema hemos de entender el estatuto de la creatura como signo divino. Efectiva mente la distancia entre Dios y los seres creados por él es insalva ble. Cuando decimos que las cosas creadas son vestigios, afirmamos esa radical diferencia. Como dice J. J. Garrido, «el mundo material lleva en sí la «huella» (vestigium) de Dios su creador; tiene una seme janza con él, pero una semejanza que se ignora a sí misma y no se traduce nunca en dinamismo consciente»39. Siendo así, san Agustín de Hipona aporta un detalle importante. Había adaptado esquemas neoplatónicos, pero era consciente de las dificultades que esto entra ñaba, sobre todo, en lo referente a la idea de emanación del Uno40. 37 Al respecto, cf. L. J erph ag n on , «Plotin, épiphanie du vou c-, en Diotima, 11 (1983) 111-118. 38 Estamos, pues, ante una concepción, la del ejemplarismo, filosófica y no teológica, como bien muestra Enrique Rivera de Ventosa desde la perspectiva histó rica en su artículo: E. R ivera de V entosa , «Comentario a la breve cuestión De ideis de san Agustín», en C iudad de Dios, 200 (1987) 259-271. 39 J. J. G a rr id o , Elpensam iento de los Padres de la Iglesia, Madrid 1997, 75. 40 La influencia neoplatónica del pensamiento de san Agustín ha sido bien estudiada. Señalamos algunas obras. Cf. É . G ilson , Introduction á l ’étude de Saint
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz