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10 FELIPE F. RAMOS la salvación de Israel, y mudando Yahvé la suerte de su pueblo, jubile Jacob y alégrese Israel» (Sal 14, 5-7) 59. De forma antropomórfica Dios se inclina hacia los hombres para buscar a los obradores del bien, a los que practican la justicia, a los que intentan superar la injusticia. ¿Quién ha representado a Yahvé en esta búsqueda y en la consiguiente denuncia? Sin lugar a duda algún dirigente destacado del pueblo, bien pertenezca a la clase sacerdotal o laical, que dirige, en nombre de Dios, su palabra a todos aquellos que, con su conducta indigna, son una de las causas más importantes del ateísmo, como lo ha afirmado el Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes, 19). La inseparabilidad del «yo» y de la comunidad la pone de mani­ fiesto la misma forma de la oración que, al igual que los himnos, resaltan la du p licidad de la confesión an te D ios y an te la comuni­ dad. Duplicidad exigida por la ideología de la alianza y de sus tra­ diciones cultuales. La mejor cantera para construir este edificio que une al individuo con la comunidad nos la ofrece el Sal 107. Invita a la celebración de la fiesta a todos los creyentes en Yahvé, proce­ dentes de los cuatro puntos cardinales. Una convocatoria que se halla ordenada litúrgicamente: «¡Alabad a Yahvé, porque es bueno, porque es eterna su misericordia! Digan así los rescatados de Yahvé, los que él redi­ mió de mano del enemigo, y los que reunió de entre las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del mediodía! (w . 1-3). Den gracias a Dios por su piedad y por los maravillosos favo­ res que hace a los hijos de los hombres (v. 8). Den gracias a Yahvé por su piedad y por los maravillosos favores que hace a los hijos de los hombres (v. 15). Den gracias a Yahvé por su piedad y por los maravillosos favores que hace a los hijos de los hombres» (v. 21). De forma idéntica, la acción de gracias se centra en la natu­ raleza más profunda del hecho salvífico: la g?'acia y las obras extraordinarias. La referencia en este caso concreto se dirige a los liberados del destierro babilónico, a los que han vuelto de la 59 G. R avasi , II libro dei Salmi, Commento e Attualizzazione», I, Bologna 1986, pp. 262-259.

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