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LA ORACIÓN EN LOS SALMOS (II) 37 Esta certeza no es psicológica ni se halla influenciada por un oráculo sacerdotal, al estilo babilónico. Teniendo en cuenta que se trata de una confianza y certeza que se espera del futuro debemos concluir que esfruto de laparticipación en la actualización tradi­ cional del culto salvtfico. La esperanza personal de la salvación se fundamenta en la actualización de la salud general, que representa el contenido esencial de la fiesta cultual. El hecho de que en algu­ nos salmos se entremezclan la esperanza personal de ser oído con la acción de gracias, demuestra la unión frecuente de la lamenta­ ción y de la acción de gracias a las que se añade la promesa de los sacrificios: «Entraré en tu casa con holocausto, te cumpliré mis votos. Los que pronunciaron mis labios y profirió mi boca en mi angustia» (Sal 66, 13-14). «Den gracias a Yahvé por su piedad y por los mara­ villosos favores que hace a los hijos de los hombres. Y ofrézcanle sacrificios de alabanza, y llenos de júbilo publiquen sus obras» (Sal 107, 21-22). «Te ofreceré sacrificios de alabanza e invocaré el nom­ bre de Yahvé» (Sal 116, 17). La unión de las dos reacciones mencionadas se convierte en la ocasión para dejar constancia escrita de las experiencias habidas en la celebración del culto festivo: «Esto se escribirá para la generación posterior y un pueblo nuevo alabará a Yahvé» (Sal 102, 19). Y ello es debido a que laproclamación de los hechos salvtficos beneficia­ ba a lapersona individual, a la asamblea reunida y al sacerdocio. La unión de esta triple dimensión, reflejada incluso en los salmos compuestos después de la destrucción del templo el año 587 (como el 74 y el 79), demuestra que los salmos individuales de lamenta­ ción deben ser comprendidos desde su vinculación al culto de la alianza y a sus tradiciones. Y esto, a su vez, nos obliga a pensar en la inseparabilidad de las tradiciones y de la fe personal, en la devo­ ción comunitaria y la experiencia religiosa del individuo. Siempre resulta confortable constatar los aspectos siguientes: la confianza obediente del orante en su Dios, al que manifiesta sus nece­ sidades y del que espera su remedio; la pluralidad de sus sentimien­ tos opuestos encuentran la unidad en el Dios al que se dirige recu­ rriendo a la fe participada con la comunidad; la separación-lejanía de Dios y su anhelo de re-encontrar su poder salvífico, su gracia y su salud-salvación en la manifestación de su presencia, constituyen el

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