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30 FELIPE F. RAMOS Yahvé en el culto. Esta duplicidad unificada —teofanía y juicio— constituye el presupuesto de las múltiples, y a veces impetuosas súplicas e incluso exigencias para que el juicio se realice. Es la invo­ cación y la llamada a Dios considerado como el juez imparcial en los salmos de lamentación: «Álzate, ¡oh Yahvé!, en tu ira, yérguete contra la rabia de mis enemigos y hazme la justicia que tú mandaste. Rodéate del consejo de las naciones y siéntate en alto sobre él. Es Yahvé quien juzga a los pueblos. Defiende mi causa, ¡oh Yahvé!, según la justicia y la inocencia que hay en mí» (Sal 7, 7-9). «Por haber defendido tú mi causa y mi derecho, sentándote en tu trono, justo juez. Reprimiste a las gentes, hiciste perecer al impío, borrando por siempre jamás su nombre. Mostróse Yahvé, dio su juicio, y quedó preso el impío en la obra de sus manos. Álzate, ¡oh Yahvé!, no pre­ valezca el hombre, sean juzgadas ante él todas las gentes» (Sal 9, 5-6, 17-19). «Y con todo, ¡oh Yahvé!, tú te sientas en tu trono, y tu memo­ ria permanece por generaciones y generaciones. Tú te alzarás y ten­ drás misericordia de Sión; porque tiempo es ya de que le seas propi­ cio; viene ya su tiempo» (Sal 102, 13-14). Merecen ser citados, aunque no copiemos literalmente los textos, otros salmos similares a los adu­ cidos: 10, 12SS.18; 17, 2; 35, 23-24; 36, 6ss.; 54, 3; 57, 6.12; 59, 5-6; 82, 8; 94, 1-2. E lju icio o la crisis se realiza en el servicio religioso, en la litur­ gia; en ella tiene lugar la decisión sobre la salud o la exclusión de la misma. La salud o las justicias (= sedakot\ actividad salvífica que, al realizarse en múltiples actos, puede expresarse recurriendo al plural, que nosotros no lo utilizamos al hablar de la justicia, pero son realidades sinónimas: «Mi lengua cantará tu justicia (= seda- kah), todos los días tu salvación» (Sal 35, 28: justicia y salud-salva- ción son sinónimas, lo mismo que misericordia y justicia, Sal 36, 11; o misericordia, fidelidad, verdad, redención y justicia en el Sal 40, 11). Otros ejemplos nos ofrecen los Sal 65, 6 y 71, 15. Ademas de la igualdad afirmada entre salud y justicia, que esta­ blece la conexión interna del pensamiento del juicio con la tradi­ ción genuinamente israelita de la alianza, se pone de relieve otro pensamiento no menos profundo: en los salmos de lamentación, la participación en el culto, en la liturgia de la alianza, es la plena garantía de la proximidad de Dios y la participación ansiada en su salud. Esto se expresa de múltiples maneras:

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