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LA ORACIÓN EN LOS SALMOS (II) 21 dándose perfectamente a ella: «Así ciertamente será bendecido el varón que teme a Yahvé. Bendígate Yahvé desde Sión, y veas prós­ pera a Jerusalén todos los días de tu vida, y que veas a los hijos de tus hijos. ¡La paz sobre Israel!» (w. 4-6). Ya en el Sal 1 se halla subyacente la ideología de la representa­ ción del juicio originada por el culto a Yahvé. Esto nos demuestra que debe ser aceptada una mutua influencia de la Sabiduría y del culto a Yahvé. Y esto se confirma si tenemos en cuenta que los sal­ mos de acción de gracias, en sus amonestaciones parenético-peda- gógicas, reflejan la tendencia y las formas de la Sabiduría o terminan en una confesión doctrinal: «El temor del Señor es el principio de la sabiduría; bien avisados son los que lo siguen: su alabanza subsiste eternamente» (Sal 111, 10). «Temor... sabiduría» es un principio sapiencial conocido (Prov 1, 7; 9, 0; 15, 33; Job 28, 28; Eclo 1, 14). «Temor» es el servicio, el amor y la actitud religiosa en general70. Los ejemplos pueden multiplicarse71. Por otra parte, las orientaciones de la vida práctica, tomadas de lo afirmado en los salmos sapienciales, introduce en esta clase de sal­ mos el contenido fundamental religioso de la Sabiduría y, de este modo, los enriquece con unos rasgos característicos, convirtiéndolos en la religión fundam entaly constante de la vida de cada día. Muy próximos a los salmos sapienciales se hallan los poem as doctrinales. Ejemplos destacados tenemos en el Sal 37, 1-5; 49, 7-12. Se enfrentan directamente con la duda religiosa sistemática, provo­ cada por los problemas de la vida, por las dificultades que la exis­ tencia del mal plantea a la actividad divina y a la fe. Destaca entre ellos el Sal 73, 2-5; 11-13; 15-17; 20-22; 25-28. En todo él se describe la realidad divina experimentada en el culto a Yahvé, la proximidad y la presencia de Dios en las formas tomadas del género sapiencial. De este modo la cuestión del mal y del dolor no es resuelta desde la altura inaccesible de especulaciones abstractas; se halla superada desde la decisión de una fe práctica y viva ante el misterio de Dios. 70 A. G o n z á le z , o . c ., p. 505, nota 10. 71 Sal 25, 12ss.; 31, 24-25; 32, 6ss.; 34, 12ss.; 40, 5; 41, 12ss.; 51.

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