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410 FELIPE F. RAMOS Dios exige tener la sensibilidad del poeta, el conocimiento del biblis- ta y los géneros literarios utilizados por la Biblia. Exige, por tanto, eliminar los principios contrarios: situar la poesía en el terreno de la prosa, entender sus descripciones desde un ángulo estrictamente his- toricista, alejarse lo más posible de la herejía del literalismo. Tanto los aspectos necesarios incluidos como los excluidos nos los ofrece de manera seductora el Sal 114: — el norte y el sur del país, Israel y Judá, deben celebrar el acontecimiento salvador como prueba de su fidelidad en el santua­ rio común (w . 1-2); — la fantasía desbordada del compositor vincula la acción divi­ na a fenómenos naturales inimaginables: el mar que huye, los mon­ tes que saltan como carneros... (w. 3-6); — en lugar de una respuesta a los interrogantes dirigidos a los «sucesos« mencionados, la narración de la teofanía divina demuestra el poder de Dios y el consiguiente «temor» sagrado; la descripción poética se acrecienta hasta el final: «El que torna la roca en un estanque, el pedernal en una fuente de agua» (v. 8, en referencia a Núm 20, 7-11) 10. Entre las gestas maravillosas de Yahvé la historia patriarcal es mencionada muy sobriamente debido a que se unió tardíamente a la tradición mosaica (Sal 105, 9-10.17.42: en medio del relato de toda la historia salvífica son introducidas las referencias a la historia patriarcal). La representación histórico-salvífica es destacada particularmen­ te en los Salmos históricos (78, 105, 106, 107, 136), que no deben ser entendidos como relatos imitativos ni como extractos de la his­ toria del hexateuco, puesto que conservan los rasgos claramente alusivos a la recitación oral, en el culto, de la mencionada historia salvífica. Todo apunta, además, a la vivencia de la misma como una realidad actual con la doble dimensión de referencia a Dios y a la comunidad. En realidad son resúmenes de los hechos culminantes de la historia sacra de Israel n . 10 A. G o n z a le z , o . c ., p. 35. 11 E. P a n n ie r , Les Psaumes, en La Sainte Bible, L. P ir o t - A. C la m er , Paris 1950, pp. 195-199.