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LA ORACIÓN EN LOS SALMOS (I) 447 Alumbra mis ojos, no me duerma en la muerte. Que no pueda decir mi enemigo: ‘Lo vencí’. Que mis enemigos se regocijarían si yo caye­ se. Después de haber esperado en tu piedad, que se alegre mi. cora­ zón con tu socorro, que pueda contar de Yahvé: ‘Bien me prove­ yó’« (Sal 13 ; citamos en nota otra serie de ejemplos de Salmos de lamentación) 59. La oscilación inevitable de los sentimientos del orante se mani­ fiesta en la amalgama de la acción de gracias, de la oración de súplica o intercesión comparable a los dones votivos e incluso a las lápidas, en las que el orante hacía esculpir tanto su necesidad como la audición divina liberadora. Algo similar se ha encontrado en Egip­ to. El orante, agradecido, sentía la obligación sagrada de manifestar su gratitud: «Esto se escribirá para la generación posterior y un pue­ blo nuevo alabará a Yahvé» (Sal 102 , 19 ). Esto explica que, en algunos Salmos, la confesión de la acción benévola de Dios, la actitud agradecida de su actividad salvadora prevalece en gran medida sobre los sacrificios y holocaustos: «No deseas tú el sacrificio y la ofrenda, pero me has dado oído abierto; no buscas el holocausto y el sacrificio expiatorio. Y me dije: ‘Heme aquí; en el rollo de la Ley se escribió de mí: En hacer tu voluntad, ¡Dios mío!, tengo mi complacencia, y dentro de mi corazón está tu ley’» (Sal 40 , 7 ). «Ofrece a Dios sacrificios de alabanza y cumple tus votos al Altísimo. El que me ofrece sacrificios de alabanza, ése me honra; el que ordena sus caminos, a ése le mostraré yo la salud de Dios» (Sal 50 , 14 . 23 ). «Abre tú, Señor, mis labios, y cantará mi boca tus alabanzas. Porque no es sacrificio lo que tú quieres; si no te lo ofrecería, ni quieres tampoco holocaustos» (Sal 51 , 17 - 18 ; otros ejem­ plos: 61 , 9 ; 63 , 6 ; 69 , 31 - 32 ; 71 , 16 ; 145 , 1 - 2 ). La idea del sacrificio ha sido tan devaluada que prácticamente debiéramos hablar de un rechazo casi total. ¿A qué ha sido debido cuando los sacrificios Rieron un elemento esencial en la religión de Israel y, prácticamente, de todo su entorno? Probablemente haya que contar con el perjuicio de la enorme influencia de la religión agrícola cananea y de sus costumbres en el culto de la alianza desde 59 G. R a vas i , II libro dei Salmi, -Commento e Attualizzazione», I, Bologna 1986, pp. 262-259.

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