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LA ORACIÓN EN LOS SALMOS (I) 445 Vivan en seguridad los que te aman. Reine la seguridad dentro de tus muros, la tranquilidad sobre tus torres. Por amor de mis herma­ nos y compañeros, te deseo la paz. Por amor de la casa de Yahvé, nuestro Dios, te deseo todo bien» (Sal 122) 57. La inscripción del Sal 102, 1: «Plegaria de un afligido que des­ fallece y se lamenta ante Yahvé» nos obliga a pensar que muchos Salmos llamados de lamentación fueron utilizados para múltiples ocasiones diversas de las que motivaron su composición: «Agrádate librarme, ¡oh Yahvé! Corre, ¡oh Yahvé!, en mi ayuda. Sean confundi­ dos y avergonzados los que buscan arrebatarme la vida. Sean pues­ tos en fuga y cubiertos de ignominia aquellos que se alegran de mi mal. Consumidos sean por su afrenta los que me gritan: ¡Ah, ah! Salten de gozo y alégrense en ti todos aquellos que te buscan; los que aman la salud que de ti viene exclamen siempre: ‘Ensalzado sea Yahvé’. Cuanto a mí, pobre y menesteroso, Yahvé cuidará de mí. Tú eres mi socorro y mi libertador. ¡Dios mío, no tardes!» (Sal 40, 14-18). La lamentación ante una situación dolorosa, sea cual fuere, se halla mezclada con la acción de gracias por el auxilio reci­ bido. En el esquema general ya establecido se introducía el nombre del orante y sus necesidades o acciones de gracias, como hacemos nosotros en la liturgia mediante el recurso a los «mementos». El Salmo 26, que comienza pidiendo que Yahvé le haga justi­ cia expone a continuación dos razones que la justifican: «porque tengo siempre ante mis ojos tu misericordia y ando en tu verdad. No me siento con hombres falaces, no me acompaño de los fingi­ dos. Aborrezco el consorcio de los malignos y no me siento con impíos» (w . 3-5). Ocurre frecuentemente que los rasgos singulares concretos pasan a un segundo plano. El Salmo que tenemos delan­ te nos ofrece un buen ejemplo de dicha mezcla: El orante confía en la misericordia ( = jesed) y camina en la verdad ( = emet). La «jesed» se experimenta en el acto de recibir la atención de Yahvé. La «emet» se muestra en la constancia y permanencia de la actitud clemente y bondadosa de Yahvé. Y así como en el v. 3 se encare­ ce la forma de vida del acusado, afianzado en la jesed y emet divi­ nas, los w . 4-5 esbozan en negaciones su abstención consciente 57 Sal 6; 13; 22; 28; 30; 31; 41; 54; 55; 56; 61; 63; 64; 69; 71; 86; 94; 102; 120; 130.

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