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440 FELIPE F. RAMOS El sem del Altísimo es Yahvé, y con ello se hace referencia a la identificación que hace de sí mismo el «deus praesens» en el lugar del culto. «Sí, los justos darán gracias a tu nombre, los rectos morarán en tu presencia» (Sal 140, 14: Dios acepta la alabanza únicamente de los justos [ver Sal 142, 8]), que permanecerán en su presencia, en el lugar donde ha hecho habitar su santo nombre, en contraposición y a pesar de las insidias de los fanfarrones violentos. También la unión del nom bre de Yahvé con sus actos salvíficos, considerados como la revela ción del ser divino en el culto de la alianza, es acentuada en los Sal mos. «Alabad a Yahvé, invocad su nombre, dad a conocer entre los pueblos sus obras. Cantadle y entonadle Salmos, celebrar sus maravi llas. Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que bus can a Yahvé» (Sal 105, 1-3). El himno en el que se ensalzan las gran des hazañas de Yahvé es anuncio y proclamación. El sem (w. 1-3) encierra en sí todo el misterio y las maravillas de la presencia salvífica de Yahvé; pero no es un fenómeno esotérico, sino que está destinado a su anuncio entre las naciones. El «reconocer», «confesar» y «recordar» las grandes gestas de Yahvé constituía la finalidad más profunda de la fe y la obligación seria y agradecida de una tradición cultual transmiti da «de generación en generación» (Sal 9, 2-3.15; 22, 23ss., 31-32; 26, 7; 64, 10; 71, 6; 73, 28; 102, 22). Dicha tradición cultual se inserta en la representación cultual de la historia salvífica (Sal 44, 2ss.; 78, ; 111, 4.6) y encuentra su culmi nación profunda en la gran confesión general (Sal 106). No obstante, todos estos actos fundantes, y por lo mismo fundamentales, aparecen aludidos en breves referencias, como «hechos portentosos; milagros, realización de la justicia, la salud» (Sal 25, 10: «Todas las sendas de Yahvé son misericordia y verdad para los que guardan el pacto y sus mandamientos» (Sal 5, 10). El contenido de la salvación realizada en la alianza se halla concentrada en las dos palabras clásicas: «gracia y fidelidad», que hemos traducido en el Sal 25, 10 por «misericordia y verdad», que proliferan extraordinariamente en los Salmos 25, 10; 26, 3; 30, 10; 36, 6; 40, llss.; 57, 4.11; 61 , 8; 85, 11; 86, 13.15; 88, 12; 89, 15.20; 92, 2-3; 138, 2... (las citas no son exhaustivas). Estas expresio nes abreviadas hacen referencia a lo conocido y presuponen la reve lación de las acciones histórico-salvíficas de Yahvé en el acto cultual. «Nuestro auxilio es el nombre de Yahvé, que hizo los cielos y la tierra» (Sal 124, 8). La confesión final acentúa de nuevo el milagro de
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