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418 FELIPE F. RAMOS deseo de entrar para «ver el rostro de Yahvé» (Sal 118, 19: «Abridme las puertas de la justicia, y entraré por ellas para dar gracias a Yahvé»). El deseo de esta entrada implicaba el examen de concien­ cia de la dignidad-indignidad del acercamiento al Dios de la justicia: «¿Quién subirá al monte de Yahvé, y quién podrá entrar en su recin­ to santo?» (Sal 24, 3; 15, 1). Yahvé es un Dios de derecho y justicia. El culto divino es un encuentro con el Señor de toda la vida. El par­ ticipante en el culto no entra en una esfera de éxtasis y embriaga- miento, sino que se pregunta acerca del comportamiento cotidiano, acerca de su obediencia a las instituciones de Yahvé. A cada perso­ na se le exige una «declaración de lealtad a la voluntad de Yahvé. Se le recordarán una serie de mandamientos» (Sal 15, 2ss.; 24, 4ss.). El gozo y alegría de fiesta de quienes entran pueden quedar bruscamente interrumpidos por el mensaje de un profeta que, con voz amonestadora, advierta a la comunidad de culto que no endu­ rezca otra vez sus corazones, sino que viva una vida de obediencia a Yahvé (Sal 98, 8ss.). La manifestación de Yahvé proporciona gozo y alegría a quienes viven en el pacto con Yahvé: «Yahvé ‘ama’ a ‘quienes aborrecen el mal’, guarda la vida de sus piadosos y los salva de la mano de los impíos. Luz ‘irradia sobre’ el justo y gozo sobre los que son de corazón recto. Alegraos, oh justos, por Yahvé y alabad su santo nombre»22. Pertenece a la esencia de los Salmos que no sean interpreta­ dos «escatologicamente», como si fuesen flechas que apuntan hacia un acontecimiento del tiempo último al que se limitarían en sus descripciones. Los Salmos son la manifestación concentrada hic et nunc en el acto cultual sagrado, del definitivo e ilimitado señorío, poder y gloria (= kabod) de Dios que, a través de todo el salterio y hasta la doxología del Padrenuestro permanece en el tema de la devoción oracional tanto litúrgica como personal. Algunos autores, como H. Gunkel, consideran el Salmo 68 como «himno escatologico»; las tradiciones más antiguas de Israel se con­ vierten según este extraordinario especialista en los Salmos, en la oca­ sión para aguardar una repetición escatologica de las grandes haza- 22 H.-J. K ra u s , o . c ., II, pp. 81, 382. De él hemos tomado las citas de Gun­ kel y de Nötscher.

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