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LA ORACIÓN EN LOS SALMOS (I) 417 sas. También su lugar adecuado tendría como centro de gravedad el interés por el rey, bien como cantos para la entronización del rey bien como Salmos de acción de gracias por la victoria concedi­ da (Sal 18). El rey tiene en Israel una función sagrada y una perso­ nalidad equivalente a la de toda la nación. En virtud de ello es un intermediario nato entre Dios y su pueblo. Dentro de esta categoría pueden ser mencionados los Salmos mesiánicos, que coinciden con los llamados Salmos reales 21. La desaparición del rey terreno, del ungido, hizo que la esperanza judía se elevase en su esperanza hacia el Rey y el Ungido. A pesar de todas las semejanzas con los rituales de su entor­ no cultural la diferencia frente a ellos es enorme: aunque también en Israel el rey sea el representante de Dios en la tierra, se halla sometido inexcusablemente a la obediencia de las prescripciones de la alianza de Yahvé y debe responder ante Dios de su cumpli­ miento (Sal 18, 21ss.; 72, 2; 1, 1; 45, 8: la cita explícita de este últi­ mo Salmo no puede ser más elocuente: «Amas la justicia y aborre­ ces la iniquidad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con el óleo de la alegría más que a tus compañeros» ¿Se compuso con motivo de la boda del rey?). El punto de partida para hablar del conocimiento de Dios nos ha llevado a recorrer la historia salvífica en sus facetas más impor­ tantes. Ahora debemos acentuar aquello que ha sido expuesto implí­ citamente: en el culto de la alianza este conocimiento del ser de Dios estaba inseparablemente unido con el conocimiento de su voluntad en formas de cláusulas de la alianza o de exigencias divi­ nas, fundamentalmente en el Decálogo. Sus prescripciones debían regular la relación del pueblo de la alianza con su Dios y ser los principios normativos de la conducta de los miembros de la alian­ za. Su base estable constituía el fundamento más sólido para la reno­ vación de la alianza: La historia y la ley constituyen los dos pilares de la autorrevelación de Yahvé y expresan la esencia del culto de la fiesta de la alianza. En la peregrinación al santuario central, al llegar a «las puertas de la justicia», el pueblo entusiasmado expresaba jubilosamente el 21 H.-J. K raus, o. c ., I, pp. 1 0 6 -1 0 7 , y II, p. 387.

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